Page 130 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
P. 130

Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  Banefe nació jurídicamente el 19 de noviembre de 1995. “Este verdadero banco dentro de otro banco no era cualquier institución financiera, porque logramos llegar a mucha gente humilde, que gracias a esta innovación mejoraban su existencia de manera notable, como nunca antes había ocurrido. Estábamos aportando bancarización a un segmento que hasta ese momento era invisible, no existía para las entidades financieras. Hicimos una verdadera revolución, estábamos rompiendo un paradigma, un modelo existente hasta la fecha y lo estábamos haciendo con toda las normativas y las regulaciones del caso para que no ocurriera ningún despropósito. Realmente, fuimos los creadores de la banca popular, pero al mismo tiempo fuimos capaces de ser rentables, porque aquello era una obligación, de lo contrario, en el largo plazo, el negocio no funcionaría”.
La adquisición de la Financiera Fusa por parte del Banco Santander fue un complemento perfecto, porque se trataba de una institución con 20 años en el negocio del microcrédito para emprendedores y los préstamos de consumo e hipotecarios. Fincard, por su parte, era muy fuerte en tarjetas de crédito, con lo cual se creaba una cartera poderosa para ofertarla a los segmentos masivos.
La gestión realizada por Susana Tonda en Banefe fue un éxito de principio a fin, porque incluso al término de su trabajo dejó a la organización con 600 mil clientes activos y 300 mil titulares de tarjetas de crédito. Y aun cuando la economía entraba en franca recesión en 1998, Banefe se transformaba en una de las divisiones más rentables del Banco Santander, con un retorno sobre patrimonio de 31 por ciento en ese difícil año y un crecimiento de sus utilidades de 10,2 por ciento en relación a 1997.
Gran parte del mérito fue de Susana Tonda, pero también de los altos ejecutivos del Banco Santander que tuvieron la sabiduría de jamás intervenir en ese gueto, en ese feudo formado por la ejecutiva y su gente, caracterizado por una cultura de idealismo, camaradería y sentido social.
La entidad financiera fue sutil, al mejorar todo aquello que era necesario y al mismo tiempo conservar aquello que funcionaba de manera óptima. “El Banco Santander nos ordenó, nos enseñó, nos aplicó control, nos exigió asumir la cultura de riesgo, nos obligó a conseguir metas, pero, al mismo tiempo, nos daba toda la libertad para relacionarnos como quisiéramos entre nosotros”.
Fue una labor y experiencia verdaderamente fundacional, porque se creó el concepto de finanzas sociales, que llevó a algo nunca antes visto en nuestro país, una suerte de democratización del consumo, que, ante la sorpresa de muchos, condujo a una integración y otorgó seguridad a vastos grupos de gente, bastante abandonados por la sociedad, incluso por los sucesivos Gobiernos.
Se iba cumpliendo aquello de que todos podían tener acceso a la abundancia, y muchos vieron en esta bancarización una nueva forma de reasignación de la
130


























































































   128   129   130   131   132