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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
Provista de su gran visión, capacidad de planificar, organizar y generar equipos, habilidades comunicacionales, se lanzó a una aventura heroica de obtener la tecnología que requería. “Toda lo que había era pirateado, todo funcionaba sin licencias y aunque me decían, ‘¿Quién va a venir a controlarnos en el Hogar de Cristo?’, yo sabía que aquello era robo, de modo que nos pusimos en campaña y nos fuimos a Microsoft, no a pedir un descuento comercial, sino que a algo mayor, solicitar un descuento social a sus máximas autoridades”.
Ahí llegó el primer regalo del cielo. En esa época el gerente general de la entidad tecnológica era Julio Orellana, quien recibió con mucha alegría su visita, porque dijo que había llegado en el momento preciso. “Nos hizo una de las donaciones más grandes que jamás haya recibido el Hogar, seis millones de dólares en tecnología, con todas las licencias de los periféricos y los computadores centrales incluidas. Luego necesitamos un ERP,(Enterprise Resource Planning, sistemas de información gerenciales), un software de gestión que no nos regalaron, pero que SAP nos entregó con un descuento del 90 por ciento. Hoy el Hogar de Cristo es una empresa moderna, en línea, ágil, pero costó mucho hacer los cambios. De hecho me fui y todavía quedaba bastante por hacer. Es lo que pasa con los buques grandes”, expresa.
Este tipo de gerenciamiento implicó algo muy duro y pocas veces comentado, la administración del dolor que va asociado con las transformaciones, del cual ella, como persona liderando el proceso, siempre fue la iniciadora. En otras palabras, por su cargo y misión, era la responsable de determinar el nivel de disatisfacción que las personas experimentarían al producirse los cambios. Eso fue algo inevitable, pero si no se hacían, el dolor igual sobrevendría, sólo que más tarde y peor.
“Me Gusta como Soy”
La transición de un punto a otro fue muy difícil, tal vez más que sostener esa metamorfosis en el tiempo, básicamente porque la resistencia de las personas y las circunstancias fueron algo siempre presente y el proceso fue todo el tiempo a contracorriente. No existen soluciones perfectas, todo cambio y todo arreglo producen nuevos conflictos.
Es tan humano que las personas se sientan cómodas cuando todo parece controlado y predecible y más aun cuando logramos conseguir nuestros objetivos y expectativas. Todo lo contrario del cambio, que es algo muy disruptivo.
Todo ese tremendo e intenso desgaste tuvo su costo.
“A mí la molestia, la rabia, el temperamento italiano se me notan en la cara;
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