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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
Rechazo Total al Marxismo
Pero mucho antes de que transcurrieran dos años se había adaptado y volvía a ser una mujer feliz, pero nunca dejó las consultoría del BID, porque apenas llegó a Chile, la volvieron a contactar; y eso es algo que no termina hasta el día de hoy.
Y estaba en esos trabajos cuando un día la llamó por teléfono un buen amigo, Jorge Rosenblut, ex funcionario del Banco Mundial, traído de regreso a Chile por Edgardo Boeninger, para que lo ayudara con las tareas de la transición en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
La primera pregunta fue si quería integrar el Gobierno de Aylwin y, la segunda, dónde se ubicaba ahora dentro del espectro político.
Vivianne Blanlot le aseguró que sí estaba disponible para asumir algún cargo público y que en la actualidad: “Estoy a la izquierda de la DC y a la derecha del Partido Socialista”. Rosenblut le respondió: “Entonces eres PPD”. Y así quedó hasta el día de hoy, aunque advierte de manera categórica que: “El hecho de que me preocupe tanto el tema social y que sea de izquierda, no quiere decir que me guste la causa marxista; por ningún motivo, porque siempre he puesto mi libertad por sobre todo y fue lo que me frenó respecto de esa ideología. Para mí la libertad es uno de los derechos más importantes que posee el ser humano, incluso para eliminar la injusticia y esta no se termina mediante un Estado omnipresente que viene a solucionarlo todo, como ocurrió con la antigua Unión Soviética. Tampoco, con la presencia de los principios marxistas leninistas, que vienen a uniformarnos. No funciona, definitivamente, la igualdad forzada”, indica.
El período que se iniciaría con la llamada telefónica de Rosenblut sería otra etapa memorable para Blanlot, quien ingresó al Ministerio de Economía y se mantuvo allí durante toda la administración Aylwin para trabajar bajo el alero del que era subsecretario de la época, Jorge Marshall.
Desde el Departamento de Economía y Mercado, presidido por el propio Marshall, se comenzaron a estudiar los sistemas regulados, en específico, el tema del agua potable y la electricidad. Al mismo tiempo, en calidad de comisión de servicio fue a asesorar a Jaime Tohá en la Comisión Nacional de Energía, cuando el tema energético estaba comenzando a suscitar muchos problemas e inició una tarea de perfeccionamiento de la normativa del sector.
Gracias al desarrollo de ese trabajo se creó una gran reforma. A fines del Gobierno militar se definió un nuevo marco jurídico para las empresas sanitarias, que las convertía en sociedades anónimas, vale decir, en vez de ser servicios estatales serían unidades productivas en toda propiedad, pero del Estado, para aumentar su eficiencia.
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