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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
importantes de la época, como leyes o ingeniería, o participaban en negocios de alto calibre, durante los primeros años tuvo que limitar sus ambiciones y conformarse con ser, por ejemplo, capataz en la mina El Teniente o vendedor en el retail de entonces, en casas como Carlos Orrego y Cía., Casa Gibbs, Brusadelli, Manni y Cía. y en la Compañía de Teléfonos de Chile.
En una entrevista concedida hace algunos años a Revista Sábado del diario El Mercurio, Patricia Matte dijo: “Mi papá empezó a trabajar muy joven. En El Teniente estaba a cargo de las cuadrillas, cuidaba que se cumplieran los horarios. En la Casa Gibbs fue empleado administrativo... un goma, digamos”.
El período previo a hacer su fortuna fue una etapa de mucho sacrificio para Eliodoro Matte. Pese a sus conexiones familiares y sociales, tuvo que enfrentar la vida con una amplia cuota de resiliencia y humildad, lo que le dio una visión del mundo distinta a la de su grupo, más abierta y, hasta cierto punto, más real.
Fue un enamorado del bridge hasta pocos meses antes de morir, a los 95 años, y fue con las ganancias que obtuvo en ese juego que compró en 1936 una acción de la Bolsa de Comercio de Santiago y de ahí en adelante, gracias a su capacidad estratégica innata y las habilidades que le proporcionó uno de los juegos de carta más difíciles del mundo, incursionó como corredor de valores.
El bridge fue para él una verdadera adicción. Lo amaba tanto que fundó la asociación de la especialidad en1935 y, como otros tantos seguidores de esa práctica, se transformó en un gran inversionista, porque, a decir de los expertos, este juego está muy vinculado al aspecto analítico de las finanzas.
De hecho, Warren Buffett, uno de los inversionistas más reconocidos de la actualidad, que ocupa la tercera posición en la lista de hombres más ricos del mundo elaborada por la revista Forbes, considera que jugar e invertir tienen importantes elementos en común.
“El enfoque y las estrategias son muy parecidos en el sentido de que te ves obligado a reunir toda la información que puedas y luego continúas añadiendo datos a esa base, a medida que se desarrollan las cosas. Haces lo que te indican las probabilidades según el conocimiento que tienes en ese momento, pero estás siempre dispuesto a flexibilizar, a modificar tu comportamiento o tu enfoque a medida que obtienes información nueva”, señala el conocido inversionista norteamericano.
Por algo el bridge ha sido el único juego donde no logró llegar la computación porque, a diferencia del ajedrez, donde priman las matemáticas, en el bridge hay que entender a las personas.
Por supuesto que el bridge no lo fue todo para don Eliodoro Matte, pero
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