Page 198 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  habla de su personalidad: perseverancia, disciplina, capacidad analítica, sentido de trabajo en equipo, un cierto gusto por el riesgo, flexibilidad, un sentido lúdico de las cosas, bastante autocontrol y, en definitiva, una mente muy lúcida.
Así llegó a ser presidente de Cemento Melón y participó en el Banco Sudamericano, por iniciativa de sus amigos Carlos Vial Espantoso, Jorge Alessandri Rodríguez y Arturo Matte Larraín.
Ya en 1961, gracias a las acciones que compró en importantes empresas, era millonario. Fue cuando Arturo Matte Larraín lo invitó a formar parte de la propiedad y del directorio de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, Empresas CMPC. En 1970 tenía alrededor del 25 por ciento de las acciones y entre 1974 y 1978 conseguía el control total.
Patricia Matte interrumpió sus estudios de sociología cuando se casó a los 21 años con el ingeniero comercial y empresario Jorge Gabriel Larraín Bunster, a quien acompañó a la Universidad de Chicago donde él obtendría un postgrado.
Al regreso, ya en pleno gobierno de la Unidad Popular, se reintegró a la Escuela de Sociología. En ese entonces, mientras arreciaba el temporal político en el país, en la Escuela, un profesor cubano, Francisco León, le propuso crear un Manual de Uso del Suelo en Latinoamérica. “Fue un libro de miles de hojas, que yo creo que no lo leyó nadie, pero fue una forma de alejarse un poco de la contingencia, que dicho sea de paso nosotros, como familia enfrentamos directamente, porque muchos otros emigraron y nunca más volvieron. Bueno, nosotros nos quedamos y a mi padre no se le pasó por la mente abandonar. El Gobierno de la UP no nos daba miedo ni mucho menos, pero no fue agradable. ¿Cómo iba a serlo? A mi papá le intervinieron el Banco Sudamericano y trataron de quitarle la Papelera. Todo eso lo viví en carne propia, y también lo agradezco, al igual que la gran valentía de mis padres por resistir”.
Y en medio de las tomas, las huelgas y el caos, Patricia Matte intentaba continuar cumpliendo con sus horarios y sus clases, hasta que se produjo el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973.
Los tiempos cambiaron de inmediato y se logró restablecer el orden. Pero la tarea futura no sería fácil. El país estaba devastado en lo político, lo económico, lo moral y social y, en muchos aspectos, hubo que partir de cero y trabajar mucho.
“Yo nunca dudé de que ejercería totalmente mi profesión y así se lo hice ver a mi padre, quien lo comprendió y no se rió más de mí. Yo partí en la Secretaría General de Gobierno con encuestas, porque si bien es cierto que no era un Gobierno democrático el de Pinochet, curiosamente se trabajaban estos instrumentos para saber qué opinaba la gente, qué sentía la opinión pública respecto de los cambios. La metodología era bastante simple: instalábamos a los encuestadores en distintos
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