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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
REFORMA PREVISIONAL
Muchos años antes de
que José Piñera lanzara su Reforma Previsional, María Teresa Infante y Miguel Kast preparaban documentos donde profundizaban “El Ladrillo” que abordaba abiertamente
el sistema de capitalización individual.
“Nos criticaban de todos
los lados; nos decían que
las cúpulas empresariales
lo rechazarían; que el
Estado era el único sistema
de reparto legitimado,
que no lo lograríamos”.
RECESIÓN
El tema, sin embargo, se archivó por la recesión económica de 1975, pero a cambio Miguel Kast la envió a estudiar a la Escuela de Chicago.
Pero cuando regresó, el tema previsional volvió
a tener importancia y a cobrar relevancia en un país donde existían más de 30 cajas de previsión.
lo sucesos del país me fueron empujando, impulsando a tener que comprometerme y tomar posiciones. No podíamos quedarnos de brazos cruzados cuando veíamos cómo avanzaba la destrucción. Poco a poco uno fue comprendiendo que teníamos una responsabilidad muy grande...”, expresa.
Su sueño en ese entonces era refundar el país. Sus deseos se hicieron realidad casi en un instante. Justo después del golpe de Estado y cuando terminaba de dar su examen de grado el 8 de diciembre de 1973, la llamaba su ex profesor Miguel Kast, para invitarla a desempeñarse en ODEPLAN, la Oficina de Planificación Nacional, que durante el período de la Unidad Popular estuvo a cargo del socialista español Joan Garcés, ex asesor personal de Salvador Allende.
“Yo estaba feliz, ingresé el mismo 9 de diciembre muy emocionada. Era mi primer trabajo y ya había realizado mi práctica profesional en la CORFO. Me sentía súper estimulada, porque durante la época de la UP no existía ninguna posibilidad profesional ni proyecciones”, expresa.
Lo primero fue desempeñarse en algo que durante tanto tiempo esperó, preparar planes operativos para la reconstrucción del país. “A mí me tocó específicamente el estudio de la reforma previsional, fue el trabajo previo al que realizó años más tarde José Piñera. Con Miguel Kast hicimos un documento precursor de lo que vendría, donde el tema de la capitalización individual estuvo en primera línea. Fuimos capaces de llevar a cabo una verdadera revolución previsional pese al rechazo de muchos. Nos decían que éramos unos locos, que jamás se podría materializar; que tendríamos a las cúpulas empresariales en contra, que la capitalización individual era impensable, que no podíamos apartarnos del sistema de reparto del Estado, que había demasiado intereses creados”, indica.
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