Page 224 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  Se siente muy orgullosa de haber participado en el Gobierno Militar y trabajar con el general Pinochet. Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría de nuevo. “Respecto de los derechos humanos, también los conocí, porque en mi familia tenemos personas de distintas tendencias políticas. Uno de mis hermanos, médico es de izquierda, se entusiasmó con el tema de Miguel Ángel Solar, con su propio sueño de construir el país que él quería. Como hermanos somos muy unidos, pero como personas somos bien individuales. Él llegaba a contarle situaciones de derechos humanos a mi mamá y ella quedaba impresionada. Yo le decía que me lo dijera a mí no a ella, que era una verdadera santa. Ahí me enteraba de cosas, pero yo nunca estuve en la primera línea política como para evitar situaciones de uno u otro lado; me desempeñaba en otro ámbito”, indica.
Acompañó al General Pinochet en sus últimos meses como Ministra del Trabajo, y le correspondió sentirse parte de la historia, cuando a la entrada y salida del Congreso estuvo estoicamente de pie haciendo guardia, cuando Pinochet entró como Presidente y salió como comandante en jefe del Ejército. “Tuvo el valor de entregar el poder como Dios manda”, dice con mucho énfasis.
Un Matrimonio Tardío
Y como María Teresa Infante ya veía que su período en el Gobierno terminaba comenzó a relajarse y pensar en su futuro personal: decidió casarse a los 37 años.
“Yo era todavía ministro de Estado, por eso me casé casi en secreto, sólo lo supo el general Pinochet y Carlos Cáceres”, indica. Un matrimonio que debió realizarse al menos una década antes, cuando la pareja comenzó a relacionarse. “Después de 10 años nos cayó la teja”, cuenta con una sonrisa. Finalmente con su marido, Carlos Vergara Larraín, fue más fuerte al amor que la amistad y la relación terminó en un feliz matrimonio con dos hijos, el primero del cual llegó cuando ella tenía 40. Hizo todo pero al revés, pero le resultó perfecto.
“Todo se fue dando de manera espontánea, incluso el ser muchas veces la única mujer en ciertos cargos, pero fui elegida por hombres...acuérdate que las mujeres trabajamos por menos sueldo y a veces preferimos ser buenas segundas, que descollar en la primera línea”.
Tras el término del Gobierno militar quedó más ligada que nunca al tema educacional y social. Tomó un curso en Fundación Chile, para realizar certificaciones de calidad en colegios y entonces se dedicó a las consultorías, teniendo presente aquella frase: Small is Beautiful, es decir, “cómo se cocinaba una buena clase desde dentro de la sala”. Esto queriendo señalar que la base de la educación no estaba solo en las grandes políticas, sino que también en lo micro. Recuerda siempre a su gurú de toda la vida, Miguel Kast quien “nos obligaba a
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