Page 232 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
   SIRIOS- LIBANESES
Su abuelo paterno emigró
desde la Gran Siria siendo un adolescente y, una vez en Chile, se dedicó a producir pañuelos. Ese fue otro ejemplo para
Janet Awad, porque era un hombre empeñoso, laborioso, perteneciente a una estirpe de grandes emprendedores.
AMOR POR ARICA
Siendo niña su familia se trasladó a Arica, donde su padre asumió un puesto de importancia en la univesidad del Norte y ella adoró esa ciudad hasta el día de hoy. El regreso a Santiago, siendo ahora una adolescente fue traumático, al igual que
su ingreso al Colegio las Monjas Inglesas. Su padre no ahorraba nada en la educación de sus hijas, pese a que en los inicios la situación económica de la familia era muy precaria. En el colegio fue siempre una líder nata y extremadamente estudiosa.
Janet cursara los primeros años escolares en uno de los mejores colegios de Chile, el Santiago College y que domine el inglés, francés y algo de portugués, además del español.
“Yo no sé cómo se las ingeniaba mi papá, pero trataba de mitigar las dificultades de los inicios. Él siempre quiso que tuviéramos una educación sobresaliente, pero además nos daba sorpresas; complementaba nuestros estudios con, por ejemplo, deportes como el tenis, que en ese entonces era una actividad prohibitiva por lo difícil de solventar”, expresa.
Otra cosa que admira profundamente de su progenitor, es que nunca se quejó de sus infortunios, por el contrario, callaba cuando no tenía cosas positivas que decir. “Es un legado que me dejó hasta el día de hoy y que yo practico siempre, al punto que no soporto a la gente que vive lamentándose, me da rabia...”.
Su abuelo paterno no estuvo presente en su vida, porque padecía de varias enfermedades, lo que lo mantenía alejado de los niños, pero él fue el pionero, el primer migrante de esta familia cuando llegó, a principios del siglo pasado, desde las provincias árabes del Imperio Otomano, del territorio conocido como Bilad al-Sham, o la Gran Siria.
Es probable que la familia del abuelo paterno, sirio libanés, del que no se sabe mucho, hubiera desempeñado labores rurales en su país, pero aquí, cuando llegó siendo un adolescente, al igual que una mayoría de los miembros de la colonia árabe, se dedicara al comercio y al negocio textil, específicamente a la confección de pañuelos. Un hombre empeñoso, perteneciente a una generación de grandes emprendedores, que transfirió a las futuras generaciones esos principios tan distintivos de ese grupo de extranjeros que son,
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