Page 260 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
P. 260
Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
Ni siquiera el mucho dinero que ganaba la detuvo. “La plata nunca fue mi motor, nunca quise ser ‘una vieja pobre’, pero ya tenía lo suficiente como para retirarme y nunca llegar a ser una carga para mis tres hijos. Siempre fui austera y cuidadosa de mi consumo, tal vez por mi herencia árabe-judía”, expresa con sentido del humor.
“Además, me sentía atraída por la simplicidad voluntaria, una opción cultural motivada por el libro ‘Lo Pequeño es Hermoso’, de Ernst Friedrich Fritz, que plantea la importancia de preguntarse antes de comprar algo si realmente lo necesitas. La respuesta generalmente es no, especialmente si, —en sintonía con lo afirmado por Manfred Max Neef— eres capaz de identificar qué es lo que tú realmente requieres”, indica.
Tenía motivos para sentirse orgullosa. En poco tiempo Porta acaparaba todos los premios y distinciones del mercado. De hecho, hasta el día de hoy el público recuerda spots como por ejemplo el de Copec, con los primeros cielos llenos de nubes blancas, como de algodón, que connotaban el concepto de combustible limpio y puro. También la publicidad del chocolate Vizzio y, entre otros, el arcoíris del No.
Un trabajo que había sido muy entretenido y creativo, pero cuyo tiempo había pasado; ya no podía sumergirse en la frivolidad de la venta de una tintura de pelo o de un lápiz labial mientras el mundo se derrumbaba, mientras la Humanidad vivía el inminente peligro de un colapso nuclear. O trabajar noches enteras para conseguir la frase exacta para que el público comprara tal o cual marca de zapato de mujer, sin considerar las condiciones políticas y sociales del país.
El recreo había terminado... o mejor dicho, había llegado la hora de rectificar, porque en verdad nunca antes pudo desplegar su verdadero potencial, formado por su inteligencia, talento natural y también, en parte, por su herencia aportada, en una buena proporción, por dos abuelos extranjeros, uno judío nacido en Odessa, Ucrania, muy rico y otro en Belén, Palestina, que emigraron en tiempos de guerra.
El abuelo ruso, Manuel Scott (Sgutt) Abramovich, una vez instalado en Chile se dedicó al comercio de pieles, para lo cual realizaba largos viajes fuera del país para surtir su tienda en Santiago llamada “El Oso Blanco”. Ximena no lo conoció, porque murió muy joven de un ataque al corazón y dejó a su hija, Magdalena, la que sería su madre, muy pequeña. “Por el lado ruso se trataba de gente muy pudiente; yo recuerdo la casa de mi abuela Frida Kramarenko con una decoración muy recargada, tanta cosa amontonada, tanto dorado, pero cuando fui a Rusia ahí entendí que esa era la estética de ese pueblo, huevos y
260