Page 264 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
LOLA
HOFFMANN
Tras sufrir una crisis profunda, Ximena Abogabir trató de rectificar su vida. No sólo abandonó la agencia de publicidad Porta, sino que tuvo uno de los encuentros más grandes de su vida, con la doctora Lola Hoffmann, que con el tiempo se transformó en su gurú.
La psiquiatra pertenecía a una generación muy especial: le correspondió estudiar
y vivir entre las dos Guerras Mundiales en Europa y compartir en la universidad con figuras como Martin Heidegger
y Carl Gustav Jung.
El ambiente que se vivía en Berlín en esa época era insoportable, enfrentamientos diarios entre los simpatizantes de Hitler y los representantes del Partido Comunista. A decir de muchos, “Berlín era la ciudad más roja de toda Europa”.
Pero también el crisol de la intelectualidad del Viejo Continente, del arte y la cultura.
PATRIARCADO
La principal lucha de Hoffmann era contra lo que denominaba la estructura patriarcal porque no corresponde a la naturaleza
del ser humano; sólo así se podrá liberar a muchas mujeres, decía.
14 jornadas, lo que significaba que tenía que repetir la clase 14 veces...era de locos, lo único que quería al final era huir, me quería morir...”, dice agitando sus manos firmes y algo nudosas.
Para alivio de Ximena, pronto Manpower organizó una agencia de publicidad en vista de que la mayoría de esas firmas abandonaron el país, debido a las limitaciones que les imponía el Gobierno. Ella, con tal de no seguir haciendo el curso de relaciones humanas, aceptó el desafío y poco a poco lo comenzó a disfrutar. Aquello constituyó una gran lección, un preámbulo muy formador para lo que vendría, porque gracias a su paso por Manpower creó más adelante, con dos amigos, la que con el tiempo se transformaría en una importante agencia de publicidad, Porta. “Durante ese período obtuvimos resultados extraordinarios, tal vez porque no teníamos idea de publicidad y, por lo mismo, transgredíamos muchos límites”.
Allí vivió momentos inolvidables, sin embargo, esa sensación de desazón que comenzó tímidamente, con el tiempo se apoderó de toda su personalidad. Era una especie de depresión, de no estar realizando lo que le correspondía, de vivir situada fuera de la realidad.
Cuatro hechos fueron los detonantes para abandonar Porta: la crisis mundial en 1983; la
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