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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
LIDERAR Y CREAR PUENTES
Muy pronto, gracias al liderazgo de Ximena Abogabir, Casa de
la Paz se abrió a guiar al sector privado por el camino de la sustentabilidad, algo que pocos conocían, pero que era imperativo para sobrevivir tras la Cumbre
de Río, que había cambiado
los paradigmas empresariales.
Gran parte de su liderazgo
radicó en mantenerse firme
frente a sus pares, al incorporar
al sector privado en la tarea de
la institución, libre de prejuicios ideológicos, con espíritu de colaboración, gracias a lo cual contribuyó, desde su trinchera, a un genuino desarrollo del país.
CONCILIACIÓN
Su liderazgo descansa en la capacidad de conciliación que tiene. “Es algo que llevo en la sangre; cuando converso con un ecologista, le encuentro razón; cuando converso con un minero, entiendo su proyecto y así”.
nichos bastante específicos”.
Sembrar para cosechar es otro de los principios sobre los cuales se construyó Casa de la Paz. “Como norma” —expresa Ximena Abogabir — “devolvemos todos los llamados, respondemos todos los correos electrónicos y atendemos a todos quienes golpean nuestra puerta. Creemos firmemente que mientras más damos, más recibimos. La historia de estos años confirma que quien siembra, cosecha y quien cosecha necesita compartir”.
Otros valores constitutivos de Casa de la Paz fue asumir la transparencia como valor intransable; resaltar el factor “C”, es decir Cariño, Colaboración, Cohesión y Compañerismo; comprometerse con los resultados; estar convencidos de que el mejor plan de negocios es la búsqueda de la excelencia en el quehacer cotidiano, y que el dinero es el subproducto de la tarea bien realizada; sistematizar aprendizajes y disposición para compartirlos.
Y cuando Casa de la Paz comenzaba a actuar, con una fuerza y energía impresionantes, en el mundo, en paralelo, ocurrían hechos inesperados, extraordinarios, que en 1987 marcaron, por primera vez en décadas, un giro en la dirección contraria a la que caminaba la Humanidad, un giro hacia la paz. Fue en ese año en que el entonces Papa Juan Pablo II, el 1 de enero, dedicaba ese año a la Virgen María, en la homilía de la misa de la solemnidad de la Madre de Dios; el 2 de marzo, Mijaíl Gorbachov aceptaba finalmente un acuerdo para la eliminación de los euromisiles, con un tratado que se firmaría increíblemente en Washington el 8 de diciembre de 1987, el
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