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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
algunas de las cuales sobreviven hasta el día de hoy: el Programa de Jefas de Hogar, el de Igualdad de Oportunidades y un Centro de Información. Le molestaba sobremanera la falta de reconocimiento de los méritos laborales de las mujeres. “En los textos escolares de entonces siempre aparecía el papá leyendo el diario en un sofá y la mamá poniéndole las pantuflas. A mí me interesaba cambiar ese estereotipo”.
El Programa de Jefas de Hogar
Para la secretaria de Estado la igualdad de oportunidades no era sólo que las mujeres se incorporaran a lo laboral, sino que los hombres también entraran al mundo doméstico, porque así se logra una sociedad, un estilo de familia más sana, más integrada. “Es también una forma en que los hombres dejen de perderse lo maravilloso que es la crianza de los hijos. En todos los Ministerios donde trabajé me juntaba con los funcionarios y los desafiaba a que fueran a buscar a sus hijos al colegio... ese planteamiento se los hacía incluso a los embajadores en la Cancillería”.
Uno de sus programas más exitosos fue el de Jefas de Hogar, algo que buscaba abordar la problemática femenina completa. “La idea nunca fue darles un canasto con comidas como paliativo a la pobreza; el concepto detrás del programa fue empoderarlas, capacitarlas y otorgarles las herramientas para desarrollarse y poder mantener a sus hijos, y que ellas mismas pudieran motivar a los niños para que fueran al colegio. La creación del Programa de Jefas de Hogar fue un hito, porque estaba orientado a brindar herramientas a las mujeres que les permitieran acortar las brechas que las separan de una inserción laboral en trabajos de calidad. Pero antes, mucho antes de integrarlas al programa, había que, por ejemplo, ponerles dientes, porque sin dientes, nadie las contrataría. Hubo que capacitarlas, darles indicaciones para el cuidado de los hijos, enseñarles a cómo comportarse en una entrevista de trabajo, a vestirse con los escasos recursos con los que contaban. Era un trabajo de restauración completo”.
Con la creación del Servicio Nacional de la Mujer, Soledad Alvear fue verdaderamente pionera, porque en ese entonces la mujer carente, a cargo de sus hijos, no tenía toda la visibilidad que merecía y que requería para salir de la extrema pobreza. Gracias a las bases que sentó la ministra, la situación cambió de manera radical en el tiempo.
De hecho, de acuerdo a un análisis realizado por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica (CEEL UC) para el Grupo La Tercera, con datos de la Encuesta Casen de 1990 a 2015, en el país hay actualmente cinco millones de hogares, de los cuales casi el 40 por ciento declaró a una mujer como jefa del mismo.
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