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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
   JUSTICIA
Nunca quiso llegar al Ministerio de Justicia. La Secretaría de la Mujer sería su último cargo público. Quería volver a cuidar de su familia.
Pero eso jamás ocurrió; de inmediato el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle le ofreció la cartera de Justicia, algo que le costó mucho aceptar. Finalmente se puso una meta muy clara: transformar y revolucionar ese sector.
LOS CAMBIOS
A su juicio, la justicia chilena era la antítesis de lo que debería ser. El proceso judicial representaba lo peor del sistema, por lo tanto por ahí había que comenzar. Creó grupos de trabajo y organizó foros, hizo participar
al personal del Ministerio, hasta que materializó la difícil tarea de restaurar el sistema judicial del país.
En un principio despertó cierto rechazo por “ser mujer y por ser muy joven”.
Otro programa muy exitoso fue el de Niñas Violadas, cuyo objetivo era apoyar a jóvenes en esas condiciones para que tuvieran a sus hijos, mediante un esquema de acompañamiento que incluía una casa de acogida.
“Esa era otra iniciativa que no existía y que funcionó muy bien; el concepto básico era que las niñitas aceptaran dar a luz a sus hijos, que no abortaran por ningún motivo y si querían, por último, los dieran en adopción. Descubrimos que si les ofrecíamos la motivación y los cuidados correspondientes, más del 89 por ciento decidía cuidar a sus hijos. Logré derogar un decreto que establecía que las personas en esas condiciones no podían continuar estudiando, algo que a mí me parecía una enorme injusticia, dado que sus compañeros, los mismos con los que habían tenido relaciones, seguían sentados en sus puestos y ellas, sin embargo, privadas de estudiar. Salían muy perjudicadas. No sólo eso, a estas pobres niñas además las expulsaban de sus casas, del colegio, las trataban como parias. Este programa les daba una casa de acogida, las acompañaba, es decir, no sólo tenían una cama, sino que les proporcionábamos un hogar. Nunca supe si ese esquema continuó o no. Soy una convencida de que este tipo de programa depende mucho de la voluntad política de quien ejerza el poder”, expresa.
Es verdad que su marido y su nana de toda una vida le ayudaban con el tema familar, pero se fueron presentando otros capítulos en su vida personal que no pudo desatender. Por ejemplo, el caso de su madre, María Teresa Valenzuela Herrera, enferma de cáncer con una segunda recaída, a la que adoraba y a la que se le acababa el tiempo en este mundo.
En medio de la organización de programas, reuniones con los funcionarios de la repartición, con el Presidente Aylwin y sus permanentes
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