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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
CON EL CARDENAL
Hasta el último momento Soledad Alvear guardó la esperanza de un acuerdo político con el Presidente Salvador Allende.
Durante un tiempo fue la secretaria del cardenal Raúl Silva Henríquez y lo acompañaba a los encuentros que sostenían Patricio Aywin con el Jefe
de Estado para llegar a un acuerdo de goberabilidad.
De modo que cuando regresó de su luna de miel, fue sorprendida por el golpe de Estado.
EL MATRIMONIO
Su luna de miel fue en Viña del Mar, porque no existían recursos para más.
Sus primeros años de matrimonio fueron muy
difíciles desde el punto de vista económico, porque por ser democratacristianos reconocidos, eran proscritos de los trabajos. Pero el amor y la fe sacaron adelante a la pareja.
abuelita era encantadora, conversadora, de salón, impecable, con su pelo siempre de peluquería, zapatos, uñas bien pintadas, llena de nanas, nunca amamantó a sus hijos, era una socialité”, comenta.
Debido al trabajo de su padre, la familia Alvear vivió todo el tiempo en las casas que la Papelera les ofrecía a sus obreros y empleados en Puente Alto; ella tenía 15 años cuando llegó Santiago a residir en la que fuera la casa familiar de Nuñoa, que la vio crecer y donde después de varias vueltas volvió y donde instaló más tarde su hogar definitivo, hasta el día de hoy.
Sus primeros años fueron en el Colegio Compañía María de Puente Alto y luego en la Inmaculada Concepción de Bellavista, en Santiago hasta que las tres hermanas fueron matriculadas en el Liceo de Niñas No 1, calificado por Soledad Alvear de “espectacular, como un colegio privado de hoy, tanto que quedaron en la universidad 52 niñas de mi promoción”.
No sabe en qué momento comenzó a leer, es algo que le resultó tan natural como respirar. Ya mayor fue descubriendo su gusto por la historia. “Mi papá me compró todos los libros de las grandes biografías que todavía tengo guardados. Me fascina la historia de Chile, el período greco-romano. Ya no tengo dónde colocar más libros. Para mí, el placer de las vacaciones es leer”, expresa. Es más, cuando viaja, hasta el día de hoy, llena un maletín con libros para llevar en el avión y poder quedarse dormida en el hotel. Una vez no lo hizo y permaneció en vela toda la noche. Pero no le gustan mucho las aplicaciones de la nueva tecnología como Kindle, le gusta “el olor a tinta y a papel”.
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