Page 80 - NUEVE MUJERES, LIDERAZGOS QUE INSPIRAN
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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
  con las personas, crear espacios para dirigirse a muchos, a través de la prensa, a través de encuentros, diálogos. Ahí descubrí que todos son canales y a veces hay que tener paciencia y esperar y el tiempo va sumando elementos, porque no todo puede conseguirse de golpe ni en un instante; hay procesos”.
Su larga trayectoria en el tema fiscal en Libertad y Desarrollo fue preparatorio. “Todos los años para mí era importante desde esa trinchera algo protegida de la institución, levantar el tema de la Ley de Presupuesto, hacer que la gente se interesara, que la prensa comprendiera. Pero no era gratis, significaba estar siempre generando temas, convencer a los parlamentarios y me sumergía en cada cifra y en cada glosa, buscando cuadrar y entender qué se estaba incluyendo en el proyecto de ley. Pero sí, eso me dejó en condiciones para asumir la Dirección de Presupuestos, pero igual era inquietante hacerlo, era un desafío gigantesco. Una de las cosas que confirmé, una vez más, es que todos los seres humanos tenemos fortalezas y debilidades. Cuando estas existen debemos redoblar las fortalezas para aplacar las debilidades, además de superar nuestras flaquezas hasta donde se pueda. Y eso fue lo que hice, en medio del nerviosismo de la llegada, que estoy segura que nadie jamás llegó a notar”.
Cuando emergió de las sombras, fue toda una revelación para la opinión pública, pero no para su grupo más cercano, porque todos coincidían en que “se trataba de una de las personas que mejor sabía cómo tramitar un presupuesto en el país y que más domina el tema de los números”.
Es verdad que durante el ejercicio de sus cuatro años frente a esa enorme nave que es la Dirección de Presupuesto, contó con el apoyo constante y permanente del Presidente Sebastián Piñera y del ministro de Hacienda Felipe Larraín, pero todo aquello habría sido inútil si no hubiera desarrollado su potencial de negociadora implacable, de malabarista ejemplar para equilibrar las múltiples demandas desde dentro y fuera del Gobierno.
Algunos se engañaban respecto de su aspecto frágil, sin comprender que tras esa apariencia de delicadeza casi veneciana, de ojos pequeños, algo soñadores, misteriosos, profundamente azules, pero siempre de mirada inquisidora se estaba moldeando una mujer muy competitiva, dura, perseverante y de una resiliencia proverbial.
A todo lo que era y traía al cargo, como ser excesivamente estudiosa —“matea”, como ella se reconoce—, trabajólica, detallista hasta la obsesión, luchadora, con gran respeto por la autoridad, pero sin miedo a decir lo que piensa, agregó después una gran capacidad de liderazgo político, lo suficientemente fuerte como para decirle un inapelable “no” a un ministerio y un expansivo “sí” a otro, y seguir todos en plena armonía.
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