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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
La Fascinación de la Dirección de Presupuestos
Los problemas la fueron fogueando, porque estos surgieron tan pronto asumió. Antes del terremoto del 27 de febrero de 2010 la nave se dirigía hacia un lugar, pero ahora había que cambiar totalmente de rumbo, con todos los ministerios bregando por fondos para enfrentar la emergencia. “Ahí aprendí que en la Dirección de Presupuestos cuando surgen dificultades, el equipo de trabajo se pone la camiseta y no se detiene hasta lograr las soluciones. Esa adrenalina extra, esa vorágine que dejó ese acontecimiento me ayudó a una inmersión rápida en lo público y contribuyó a la confianza de las personas con las que trabajaba”, expresa.
Todo aquello la consumió durante los primeros dos años en su cargo y cuando se pudieron superar los efectos del gigantesco sismo, “ya me quedaban apenas 24 meses, porque, recordemos que este era un trabajo con vencimiento”, a diferencia de todos los otros, donde ella permanecía por muchos años. “Algunas cosas se podían hacer, pero otras no. Por otra parte, poco a poco fui conociendo más a la Dirección de Presupuestos, que tiene el gran atractivo de no ser sólo una institución asignadora de platas: es una gran entidad que también participa en el proceso de las políticas públicas, donde es clave contar con un buen piloto, pero requiere de una buena conexión con el Gobierno, un buen ministro del Interior que ordene y mucha confianza del Presidente de la República. Sin lugar a dudas que aquello ocurre en todas las organizaciones, porque si los gerentes están todos compitiendo entre sí, en vez de sumarse, se hace todo mucho más difícil. Es fundamental el vínculo con el Congreso, con las organizaciones sociales, con el Gobierno”, expresa.
La madurez política fue llegando de golpe, al verse obligada a relacionarse con todas esas instancias, de la mejor manera.
“La Dirección de Presupuesto es una organización muy importante dentro del Gobierno, que lo acompaña, que lo apoya, y no al revés. El desafío era dejar de hacer el trabajo de realizar los cálculos y literalmente sumergirse en las cifras; lo importante era entender en profundidad cada detalle y pedir antecedentes, guiar y recibir minutas. Era fundamental tomar distancia y no quedarse atrapada en los detalles”, indica.
Una Agenda Variable
Pero no sólo se trataba de análisis previos, estudios rigurosos, a veces bastante inflexibles. El día a día consumía muchas horas y le robaba esfuerzos al mediano plazo. La lista de prioridades se veía superada permanentemente y a veces de manera radical debido a las emergencias. “Aunque no se crea, tú lees el diario en la mañana y ahí tienes buena parte de la agenda cotidiana, aunque
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