Page 8 - Versos historia
P. 8

Por aquel tiempo, no se lo había contado
                  arce se entrega de lleno, a su trabajo de grado
                  libros y cuadernos, siempre están de primero
                  en la maleta no hay espacio, ni para el tetero
                  con niños autistas, y de otras minusvalías
                  ella pasa ocupada, la mayor parte de los días
                  cuando llega a casa, y descarga su maleta
                  volando cae la negra, en busca de su teta.
                  Leonardo y Paola excelentes hermanos
                  con gran embeleco le tienden las manos
                  sin ocultar sus celos la miran crecer
                  y con mucho cariño le dicen bebé
                  y en las bataholas tediosas con aquel motecito
                  le dan complemento y queda bebé cuchito,
                  con eso la negra se disgusta odia la rara moteja
                  forma severo berrinche y pronto pone la queja
                  con un lamento fingido como pericia de postigo
                  logra frenar el bulling con un merecido castigo.

                  Pasan ligero los años, se alista para estudiar,
                  y al kinder de Adriana volandito fue a parar
                  los días primeros no falla cabe bien recordar
                  pero luego se tacha y llora para manipular
                  felices volvíamos a casa y su bonita vecindad
                  y luego salíamos orondos en moto por la ciudad
                  contar carros por color lo teníamos por manía,
                  igual que narrar historias así se pasaba el día
                  en la puerta del garaje está el plano de la ciudad
                  para señalar recorridos aunque fuera por necedad
                  pues el azar gobernaba los paseos de observación
                  siempre había excusas para cambiar de dirección.

                  En calles de la capital los avisos empieza a leer
                  aunque ninguna letra se tuviera que aprender
                  estas jornadas risueñas de trabajo con pasión
                  fueron sin más señas igual que una lección
                  pronto sabía calcular con gran pericia mental
                  de guarismos no se habla no conoce ni un numeral,
                  la observación de avisos le permitieron discernir
                  que las letras dicen algo y se puede descubrir.

                  Rompimos palabras y las volvimos a componer
                  hallamos voces diversas que algo dan a entender
                  era un trabajo sencillo hecho en plena libertad
                  con norma siempre libre sin ninguna severidad.
   3   4   5   6   7   8   9   10   11   12   13