Page 19 - La Quinta_Abril-Mayo2020
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No sólo al vecino de al
lado, también a muchos
otros que cada día a
esa hora determinada
aplaudimos a rabiar a
los sanitarios por su
labor extraordinaria que
realizan en estos
momentos. Y, ¡milagro!
Abundan las “ventanas
abiertas” en los
edificios, la gente en los
balcones, la creatividad
en canciones y signos a este reconocimiento, también los
saludos más allá de nuestras casas. Enseñamos orgullosos
a nuestra nietecita al abuelo del edificio de enfrente al que
todos los días saluda con su manecita, y es correspondida
con la sonrisa más alegre que pueda darse.
Sí, desde mi casa: “Mi abrazo en la distancia /tiene un
poder infinito/ mi beso lo lleva el viento / de mi casa a
cualquier sitio. Desde mi casa te escribo / desde mi casa te
amo / desde mi alma te siento / desde mi casa te extraño.
Te saludo desde el alma / aquí en mi casa sentado / viendo
las fotografías / que hicimos hace mil años. En mis libros te
recuerdo / con la música te hablo / mis brazos son
infinitos / para darte mil abrazos. Desde mi ventana veo /
otros que me están mirando / y me saludan silentes /
cuando levanta su mano. Juntos saldremos de esto / juntos
pero separados / cada uno con su arma / el respeto al ser
humano. Desde mi casa te pido / que cuando tú y yo
podamos / comprendamos que un abrazo / es un tremendo
regalo”. (Mocho Borrajo).