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Solo tengo palabras de agradecimiento para cada una de las personas que
me acompañaron en esta gran etapa de mi vida, principalmente mis padres
por su incondicional apoyo, amigos por hacer amena la experiencia y tres
excelentes profesores, Muñe, Gracia y Henry, quienes han sido un pilar funda-
mental para mi formación como persona, sin importar las dificultades que se
presentaron en el camino. Tengo un gran sentimiento de felicidad por empe-
zar la universidad y estudiar por fin lo que me apasiona, la medicina, pero al
mismo tiempo una fuerte nostalgia por dejar atrás mi segundo hogar, el Cole-
gio San Ignacio, lugar que dejó en mi memoria una gran cantidad de aprendi-
zajes, alegrías, logros y en general momentos inolvidables de mi juventud que
me acompañarán durante el resto de mi estadía en este mundo. Resalto la
gran labor de la institución por formar no solo personas académicamente
excelentes, sino ciudadanos que verdaderamente van a aportar algo a la
sociedad, guiados por valores como la empatía y respeto. Me siento afortuna-
do de haber estudiado en tan buen colegio, de haber compartido con muy
excelentes personas y de ser quien soy ahora, estoy totalmente orgulloso de
ser ignaciano.