Page 19 - cuento
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—Soy la luz, la esperanza y la fe. Y guío a quien me ve —leyó el
        niño el texto escrito sobre una banda roja—. Kira, ¿qué dice la
        tuya?
        Kira puso derecha la guirnalda verde y pudo leer:
        —Cuatro colores me adornan. El azul para la reconciliación; plata
        para el agradecimiento; oro para la alabanza; y el verde, para la
        abundancia que la naturaleza nos da.
        Jairo leyó la última:
        —Desde donde el oráculo descansa, tres virtudes tendrás que
        contar y en la quinta fila me encontrarás.
        Los niños leyeron tres veces más las bandas en distinto orden y
        todas, por separado, tenían sentido, pero juntas lo perdían. Jairo
                  dedujo que los textos hablaban, de alguna forma, de la
                        estrella de Belén. Entonces recordó unas palabras
                        de la maestra de religión, que decía que la estre-
                           lla simbolizaba la Fe, la Esperanza y la Luz que
                            guía a los cristianos.
                              —Entonces, “donde el oráculo descansa”
                                puede ser el dormitorio, y la estrella debe
                                estar escondida en el suelo de estrellas —
                                   explicó Kira, que veía que su argumento
                                   podía tener sentido.
                                    Entonces los niños se dirigieron co-
                                    rriendo a la zona del dormitorio y ob-
                                   servaron que la composición del sue-
                                    lo era un patrón que se repetía: cuatro
                                    estrellas que se tocaban con las puntas
                                 y en el centro había una más pequeña. Y
                                 todo rodeado de un marco en forma de
                                  cubos bicolores que le daba el aspecto de
                               una gran alfombra.
                              —Lo que no logró encajar es la referencia a
                              las tres virtudes —reconoció Jairo—. Tres
                           virtudes tendrás que contar y en la quinta fila
                          me encontrarás.
                      —¡Claro, Jairo! ¿Y si contamos desde el dormitorio
                    en dirección al árbol?
             La niña se colocó en la puerta y contó tres estrellas en direc-
        ción al árbol de navidad.
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