Page 185 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                         Abuelita Dina: ¡Qué maravilla! ¿Hijita que es lo que me querías preguntar?

                         Fiorella: ¿que si podía quedarme con usted?

                         Abuelita Dina: Jajaja que alegría que lo hayamos pensando hijita, y me

                  emociona que hayas pensado en mí para hacernos compañía.

                         Fiorella: Agradezco que usted haya permitido que me quede en su casa,

                  iré a casa a contarle a papá y mamá y puedan viajar sin tener preocupaciones de

                  mí y se concentren solo en mi hermana.

                         Cuando me fui a mi casa vi que las maletas de mis padres ya estaban en la

                  sala, y les conté que la señora Dina estaba de acuerdo en quedarme con ella los

                  días que iban a estar fuera, me respondieron que vaya arreglar mi mochila con

                  un poco de ropa y que lleve en una cubeta con algunas verduras y frutas para la

                  casa de la abuelita Dina. Subí a mi habitación y aliste mi ropa y el libro que estaba

                  leyendo este tiempo de cuarentena; cuando baje mis padres estaban sacando

                  comida de la nevera para ir comiendo en el camino, estaban apagando y cerrando

                  todo bien en mi casa y este todo seguro. Nos despedimos en la puerta y me dirigí

                  a la casa de la abuelita Dina.

                         Le  toque  la  puerta  a  la  señora  Dina  y  ella  me  recibió  con  una  sonrisa

                  abriéndome  a  puerta,  voltee  a  levantarle  la  mano  a  mis  padres  y  ellos  me

                  sonrieron y entraron al auto, arrancaron y se fueron; la señora Dina me invito a

                  pasar a su casa y me dijo que suba mis cosas a la que era la habitación de su hijo

                  menor, coloque la cubeta con las verduras y las frutas sobre la mesa luego subí.

                         Al bajar, la señora Dina estaba en la cocina preparando el almuerzo, me

                  ofrecí ayudarla y ella acepto muy a gusto, me dijo que cortara las papas para

                  freírlas; luego de almorzar Lomo Saltado, salimos al jardín y nos sentamos en

                  mecedora y conversar de todo un poco.

                         Me  di  cuenta  que  tenía  un  libro  grueso  entre  sus  manos,  el  álbum  se

                  notaba que era antiguo porque estaba desgastado y con las esquinas un poco

                  rotas;  la  señora  dina  me  dijo:  Hijita  mira,  te  voy  a  enseñar  unas  fotos  de  mi


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