Page 75 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                  estallido de mi voz al tratar de contener los sollozos. La mano fría de Lucía toca

                  mi hombro.

                         - Lo arruine todo, nunca debiste haberme elegido a mí, hubieses elegido a

                  alguien más, o no sé, a ti misma -Le digo, ella guarda silencio hacia mis espaldas.

                  Sollozo con fuerza, él cabello me tapa la cara-. Soy un fracaso, quiero que me

                  regreses a mi época, estoy harta de hacer las cosas mal. Estoy dispuesta a afrontar

                  las consecuencias.

                         Su mano ya no está en mi hombro, ahora está en mi cabello, que acaricia

                  con timidez. Esta noche está especialmente silenciosa, sabe que lo he arruinado

                  todo, sabe que tal vez en un futuro o cuando yo regresé, ni siquiera exista. Solo

                  seré un alma sin rumbo.

                         - Di algo, por favor -Hablo con voz cortada, aun con la cabeza agachada.

                  No tengo él valor para mirarla a los ojos y descubrir que está decepcionada de mí.

                         -No sé qué decir.

                         De pronto, todo mi cuerpo se pone rígido y aquella voz me parece tan

                  desconocida como que me hace temblar. Me aparto con rapidez de su agarre, he

                  comenzado a temblar al verlo ahí parado. Lleva el cabello conocida desordenado,

                  una  camisa  blanca  y  sus  pantalones  rotos,  con  sus  características  converse

                  negras. Me mira con pena. Yo limpio mis lágrimas rápidamente avergonzada.

                         - ¿Estas bien? ¿Con quién hablabas? -Me pregunta, haciendo a un lado los

                  columpios y pasando por en medio de ellos, camina hacia mí, pero yo me alejo.

                  Se detiene con una mueca de pesar.

                         - Si estoy bien, pensé que eras alguien más Digo la verdad, él se gira a los

                  lados para comprobarlo, sonríe ladino.

                         - No hay nadie más aquí, pero te creeré – Hace énfasis en la del, pero

                  alargándola considerablemente. Se cruza de brazos mientras  se recarga en él

                  tubo del columpio- ¿Segura que estas bien?

                         - Que sí, que si -Trato de sonar comprensible, no le puedo sostener la

                  mirada, por lo que la bajo hacia flats color crema- ¿Qué haces aquí?
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