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544 PARTE II, SECCIÓN 8 TRASTORNOS AUTOINMUNITARIOS
REVISIÓN TERAPÉUTICA
Todos los pacientes con EII tendrán que
recibir atención médica por un
gastroenterólogo para el examen endoscópico
periódico y la prescripción del tratamiento
farmacológico apropiado. La principal
función del médico integrista es intensificar
el tratamiento convencional con una
prescripción nutricional y el empleo de
suplementos nutricionales y botánicos.
■ Análisis de laboratorio
• Una serie de análisis de laboratorio son
útiles para cumplir eficazmente con esta
función. Los análisis que suelen utilizarse
son hemograma, velocidad de
sedimentacion globular, proteína C
reactiva y albúmina en suero. Algunos
biomarcadores del estado nutricional en la
EII también son útiles: cinc y
homocisteína en plasma, magnesio sérico
y urinario, hierro sérico, ferritina y
transferrina y 25-OH vitamina D. En
pacientes tratados con corticoides que
tienen enfermedad resistente al
tratamiento, puede ser de utilidad la
DHEA-S sérica. Los enfermos con inicio,
recaídas o exacerbaciones recientes de la
EII (sobre todo los que presentan diarrea)
tendrán que someterse a pruebas fecales
para parásitos, bacterias patógenas y
toxinas de C. difficile.
■ Autotratamiento
• Dedicar una consulta en confirmar que los
pacientes puedan reconocer los síntomas
de las recaídas y tener un plan para
controlarlas, utilizando un protocolo de
tratamiento mutuamente aceptable que el
paciente pueda iniciar al principio de una
recaída.
■ Nutrición
• Evitar sacarosa y alimentos que provocan
los síntomas. B B 1
• Según se describió con anterioridad, la
dieta con carbohidratos específicos, una B B 1 • NAG, de 3.000 a 6.000 mg/día.
dieta de exclusión o una dieta de fórmula
definida ayudan a aliviar los síntomas y
pueden ayudar a la inducción o al
mantenimiento de la remisión.
Nota: se equilibrarán las restricciones
alimentarias con la necesidad de aportes
de macronutrientes adecuados.
• Reemplazar aceites vegetales con aceite
de semilla de lino y/o aceite de coco B B 1
(1 a 2 cucharadas/día).
• Salvado, en dosis de 60 g/día, en pacientes
con CU leve a moderada. C 1
■ Suplementos
• Ácido fólico, 800 μg/día o más, sobre todo
en pacientes con homocisteína elevada o A A 1
que toman derivados del 5-AAS.
• Vitamina B 12 , 1.000 μg/mes en pacientes
con EC, que reciben ácido fólico o que B B 1
presentan homocisteína elevada.
• Vitamina B 6 , de 10 a 20 mg/día, sobre todo
en pacientes con homocisteína elevada o B B 1
que toman ácido fólico en dosis altas.
• Vitamina D 3 , 1.000 UI/día o más para
mantener las concentraciones de 25-OH B B 2 2
vitamina D en 40 μg/ml.
• Cinc, de 25 a 200 mg/día para mantener el
cinc plasmático por encima de 800 mg/l. B B 2 2
• Calcio, 1.000 mg/día en pacientes que
reciben corticoides o escaso calcio A A 1
alimentario.
• Selenio, 200 μg/día, sobre todo en
B
pacientes sometidos a resección ileal o que B 1
reciben dietas de fórmula líquida.
• Citrato de magnesio, de 150 a 900 mg/día,
en pacientes con urolitiasis. Se vigilará un B B 2 2
posible efecto laxante del magnesio.
• Cromo, 600 μg/día, en pacientes con
glucemia provocada por corticoides. B B 1
• Un antioxidante que contenga vitamina E
400 UI/día y vitamina C 500 a 1.000 mg/día. C 1
• Aceites de pescado que proporcionen
4.000 a 5.000 mg/día de ácidos grasos
omega-3 (EPA + DHA). B B 1
Nota: la mayoría de las cápsulas de aceite
de pescado sólo contienen un 50% de
ácidos grasos omega-3.
B B 1
■ Compuestos biológicos
• VSL-3 (1 sobre 3 veces al día) en pacientes
con CU leve a moderada que no son B B 2 2
sensibles al maíz, el medio de cultivo que
se utiliza.