Page 20 - LIBRETOS
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Acto 3
Sala de estar del Hostal. Martina junto con Margarita, Juana y Elio, y la anciana; están
sentados unos frente a otros. La lluvia ha cesado.
Martina: En cuanto venga la policía pienso hacer que se la lleven anciana
Anciana: ¿A mí?
Martina: Sí a usted, tuvo que ser usted quien lo mató. ¿Quién sino iba a hacerlo?
Juana: Vamos a tranquilizarnos todos y a esperar que venga la policía, seguro que
entonces
todo se resolverá.
Martina: Me da igual la policía, seguro que usted se coló en la habitación de el y cómo
el se asustó, usted lo mató.
Anciana: Pero, ¿por qué tendría yo que haberlo hecho? Su esposo no me había hecho
nada.
Martina: Entonces, ¿lo hicieron ellos, esta pareja joven?
Margarita: Está hablando por su boca el dolor, Martina. Seguro que todo tiene una
explicación.
Anciana: Sí, que alguno de nosotros lo ha tenido que matar, alguno de nosotros ha
matado a un hombre que no conocía de nada en un Hostal al que sólo hemos venido
por una noche, en mitad de la nada.
Martina: Está usted confirmando lo que pensaba, tuvo que ser usted.
Anciana: A el, yo, no le hice nada, pero a usted me están entrando unas ganas de
ahogarlo...
Martina: ¡¡¡Lo sabía, lo sabía!!!
Entran en la habitación Fer con un policía.
Fer: Relájense todos. Y acompañe al agente.
Martina: Eso, llévense a la anciana esta.
Fer: No, Martina, es usted el que tiene que acompañar al Agente.
Martina: ¿Yo?
Fer: Sí, usted. La muerte de su esposo me resultó familiar, los labios verdes son
síntoma claro de un alucinógeno que oprime la faringe asfixiando a la persona que lo
toma.
Martina: ¿Y?, ¿qué tiene que ver eso conmigo?
Fer: La mancha en su manga que intenta ocultar, es purpura como el alucinógeno.
Martina: Pero, pero...
Fer: No estropee más la situación y acompañe al Agente.
El Agente de policía esposa a Martín y salen de la habitación.
Fin
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Fin