Page 34 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
Sé que ahora estás increíblemente ocupada, pero si en algún momento necesitas
tomarte un respiro, no dudes en venir aquí a descansar. Sólo tienes que decirme
cuándo vienes, la invitación siempre seguirá en pie. Comprendo que tu economía no
es muy boyante, de modo que podríamos echarte un cable con el coste de los billetes.
A mis padres también les encantaría que vinieras. Ya han llenado la casa con las fotos
del bautizo en las que aparecéis tú y Katie.
Hay alguien que me gustaría que conocieras cuando vengas por aquí. Va a mi
clase en la universidad. Se llama Sally Gruber y es de Boston. Seguro que os llevaréis
bien.
La facultad es mucho más dura de lo que me esperaba. Hay que estudiar un
montón y leer sin parar. Apenas hago vida social. En total voy a pasar cuatro años
aquí, en Harvard, y luego tendré que hacer entre cinco y siete de residencia en un
hospital, así que calculo que para cuando haya terminado mi especialización (sea la
que sea) ya habré cumplido los cien.
Y esto es cuanto hago por aquí. Me levanto a las cinco de la madrugada y
estudio. Voy a la facultad, vuelvo a casa y estudio. Cada día. No hay mucho más que
contar, la verdad. Menos mal que Sally y yo vamos juntos a clase. Eso disminuye el
pavor que me da cada mañana enfrentarme a un día más de estudio, estudio y
estudio. Es duro, pero seguro que no es necesario que te lo diga. Apuesto a que es
infinitamente más fácil que lo que tú estás haciendo ahora mismo. En fi n, me voy a
dormir, estoy destrozado. Felices sueños para ti y Katie.
Nota para mí misma:
No le hagas el caballito a Katie después de darle de comer.
No le des de mamar en el campo de fútbol.
No respires cuando le cambies los pañales. De hecho, permite que papá, mamá
o incluso cualquier desconocido le cambie los pañales tan a menudo como quieran, si
así lo desean.
No pases con el cochecito cerca del colegio, a no ser que quieras que te vea la
señorita Narizotas Malaliento Casey.
No te rías cuando Katie se cae de culo al intentar caminar.
No intentes mantener una conversación con viejos amigos del colegio a quienes
llevas una vida entera de ventaja: terminarás sintiéndote frustrada. Deja de llorar
cada vez que Katie llora.
Bonjour Stephanie!
¿Cómo le va a mi guapa hermana? ¡Seguro que estás sentada en un café
tomando café au lait con una boina y un jersey a rayas y apestando a ajo! Ay, ¿quién
dice que los estereotipos han muerto?
Gracias por el regalo que le enviaste a Katie. Tu ahijada dice que te añora
mucho y te manda un montón de besos babosos. En todo caso, eso es lo que me ha
parecido que significaban los chillidos y bramidos que ha soltado su minúscula
boquita. A decir verdad, no sé de dónde sale todo ese ruido. Katie es la cosita más
diminuta y frágil que he visto en mi vida; tanto, que a veces tengo miedo de cogerla,
pero entonces abre la boca y se desatan todos los infiernos. El médico dice que tiene
cólicos. Yo sólo sé que no para de gritar.
Me tiene asombrada que algo tan pequeño pueda hacer tanta peste y tanto
ruido. Creo que debería aparecer en el Libro Guinness de los Récords por ser la criatura
más diminuta, apestosa y ruidosa de todos los tiempos. No habría entonces madre
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