Page 35 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris


               más orgullosa que yo.
                     Estoy hecha polvo, Stephanie. Voy como una zombi todo el día. Apenas consigo
               leer lo que estoy escribiendo (por cierto, perdón por el puré de plátano del fi nal de la
               página: pequeño  accidente  durante el  desayuno). Katie se pasa  la noche entera
               llorando. Tengo un dolor de cabeza permanente. No hago más que deambular por la
               casa como un robot recogiendo los ositos de peluche y los juguetes con los que
               tropiezo. Es complicado llevar a Katie por ahí porque no deja de chillar vayamos
               donde vayamos. Tengo miedo de que la gente piense que la estoy secuestrando o que
               soy   mala   madre.   Sigo   estando   hinchada   como   un   globo.   Sólo   puedo   ponerme
               chándales y no son nada favorecedores. Tengo el culo inmenso y la barriga llena de
               estrías. Y esa gordura que no parece tener intención de marcharse por más que le
               grite. He tenido que tirar todos mis tops. Tengo el pelo tan seco que parece estropajo.
               Y las tetas GIGANTESCAS. No me parezco a mí. No me siento yo. Es como si tuviera
               veinte años más. No he salido desde el bautizo. No recuerdo la última vez que me
               tomé una copa. No recuerdo la última vez que un miembro del sexo opuesto me miró
               (excepto las personas que me miran enojadas en los cafés cuando Katie se pone a
               chillar). No recuerdo siquiera la última vez que me importó que un miembro del sexo
               opuesto no me mirara. Me parece que soy la peor madre del mundo. Creo que
               cuando Katie me mira sabe que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.
                     Ahora ya casi camina, lo cual significa que voy corriendo de un lado a otro
               diciendo «¡NO, KATIE, NO! ¡Katie, no toques eso! ¡NO! ¡Katie, mamá te ha dicho que
               no!». Me parece que a Katie le importa un bledo lo que piensa su mamá. Creo que
               Katie es la clase de niña que cuando ve algo que le gusta va a por ello. ¡Miedo me da
               pensar en cuando sea adolescente! Pero el tiempo pasa tan aprisa que habrá crecido y
               se mudará antes de que me dé cuenta. Quizás entonces pueda descansar un poco.
               Aunque, si lo piensas bien, seguro que es lo mismo que pensaron papá y mamá en su
               momento.
                     Pobres papas, Steph. Me siento fatal. Se han portado de maravilla. Les debo
               mucho y no me refiero sólo al dinero. Aunque ésa es otra situación deprimente.
               Cobro un subsidio y cada semana les doy cuanto puedo para nuestra manutención,
               pero siempre tengo la impresión de que no es suficiente y ya sabes cómo van las
               cosas en casa, Steph, siempre hemos ido pasando justo. No sé cómo me las voy a
               apañar para mudarme, trabajar y cuidar de Katie. Un día de esta semana, papá y yo
               vamos a ir a una clínica para hablar con un tipo sobre la posibilidad de que se me
               incluya en una lista para poder tener casa propia. Mamá no deja de decir que puedo
               quedarme con ellos, pero sé que papá lo hace para ayudarme a que me sienta un
               poco más independiente.
                     Mamá se ha portado de fábula. Katie la adora y le hace caso. Cuando mamá
               dice: «¡No, Katie!», Katie sabe que tiene que parar. Cuando lo digo yo, Katie se echa a
               reír y sigue con lo suyo. ¿Cuándo me sentiré como una madre de verdad?
                     Alex ha conocido a una chica en Boston; tiene la misma edad que yo y sufi ciente
               sesera como para estudiar medicina en Harvard. Aunque me pregunto si realmente
               es feliz. En fin, tengo que dejarte. Katie me reclama.
                     Escribe pronto.
                     Besos,
                     Rosie



                     Para Rosie
                     Me alegra que todo vaya bien con Katie. Las fotos que me enviaste del día que







                                                                                                     - 35 -
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