Page 51 - Donde termina el arco iris
P. 51

CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris


               muy buena impresión al oír tu hipo justo cuando yo iba a decir: «Sí, quiero»!
                     Apenas recuerdo nada de la despedida de soltero, pero tengo entendido que fue
               un éxito. Los chicos no paran de comentarla. Me parece que Sally está un poco
               enfadada por haber tenido que casarse con un hombre con una sola ceja y no me
               importa lo que digan los demás, ¡sé que fuiste tú quien lo hizo! En todas las fotos de
               la boda salgo mostrando mi perfil izquierdo, pero no tiene importancia: Sally dice
               que es el mejor. Al parecer no está de acuerdo contigo, que dices que mi mejor perfi l
               es el de mi cogote.
                     La boda fue realmente bien, ¿verdad? Pensaba que estaría hecho un manojo de
               nervios todo el día, pero me hiciste reír tanto que logré liberar toda la tensión
               nerviosa. Aunque la verdad es que no tendríamos que haber reído tanto durante la
               sesión de fotos: dudo de que salga alguna en la que tu cara y la mía no aparezcan
               deformadas por la risa. La familia de Sally se quedó prendada de ti. La verdad es que
               no les entusiasmaba demasiado la idea de que tuviera una «acompañante de honor»,
               pero el padre de Sally te encontró fantástica. ¿Es verdad que le hiciste beber un
               chupito de tequila de un trago?
                     Mis padres se alegraron mucho de veros a ti y a Katie. Me encantó que Katie
               llevara el guardapelo que le regalé por su cumpleaños. Es curioso; mamá dice que
               Katie es clavada a ti cuando tenías siete años. Me parece que en parte esperaba que
               fueras tú y que yo volviera a tener esa edad. ¡Se pasó el día llorando! ¡Aunque no
               paran de decir lo guapa que estabas con tu vestido! ¡Es como si tú hubieses sido la
               novia!
                     Lo cierto es que estabas preciosa, Rosie. Creo que fue la primera vez que te he
               visto con un vestido (al menos desde que tenías la edad de Katie). Bueno, supongo
               que te habría visto llevar uno si hubiese asistido al baile de debutantes de hace unos
               cuantos años. Por Dios, ¿me estás oyendo? ¡Parezco un anciano rememorando los
               viejos tiempos!
                     Todo el mundo estuvo de acuerdo en que tu discurso de madrina fue genial. Me
               parece que todos mis amigos están chiflados por ti. Y no, no voy a darte sus números
               de teléfono. Por cierto, Rosie, fuiste mi acompañante de honor ese día y sigues siendo
               mi mejor amiga. Siempre lo serás. Que lo sepas.
                     La vida de casado va bastante bien, de momento. Sólo llevamos diez días
               casados y sólo nos hemos peleado, veamos..., diez veces. Ja, ja. Creo recordar que
               alguien me dijo que eso es muy saludable para la relación... No me preocupo. El sitio
               donde estamos pasando la luna de miel es fabuloso, cosa que me alegra porque nos
               está costando una auténtica fortuna. Nos alojamos en una de esas construcciones que
               son como cabañas de madera sujetas con postes por encima del agua. Es precioso. El
               agua es de ese color entre verde y turquesa y se ven los peces de colores y el fondo.
               Es un paraíso, te encantaría. Este es el hotel donde tendrías que trabajar, Rosie.
               Imagínate tener la oficina en la playa...
                     Me encantaría pasar el día entero haciendo el holgazán en la playa y bebiendo
               cócteles,   la   verdad,   pero   Sally   es   de   las   que   tienen   que   estar   haciendo   algo
               constantemente  y  cada  dos  por  tres  me veo  arrastrado al mar o  me encuentro
               volando por el cielo colgado de algún artilugio. No me sorprendería que decidiera
               que tenemos que almorzar bajo el agua mientras buceamos.
                     En fin, he comprado unos regalos para ti y para Katie y espero que os hayan
               llegado a casa en buen estado, que nadie los haya aplastado por el camino. Aquí los
               consideran una especie de amuletos de la suerte y recuerdo que cuando éramos niños
               siempre te gustaba recoger conchas en la playa, así que ahora podrás llevar las más
               bonitas del planeta colgadas del cuello.






                                                                                                     - 51 -
   46   47   48   49   50   51   52   53   54   55   56