Page 91 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris








                                                    Capítulo 20



               RUBY: Lo he decidido. Voy a poner a mi Gary a régimen.
               ROSIE: ¿Que vas a ponerlo a régimen? ¿Cómo demonios piensas controlar lo que come
                       tu hijo de veintiún años?
               RUBY: Bah, es muy fácil. Lo clavaré todo al suelo.
               ROSIE: ¿Qué clase de régimen es ése?
               RUBY: No lo sé. Compré una revista, pero salían tantos regímenes estúpidos que no sé
                       cuál elegir. ¿Te acuerdas de aquel tan ridículo que hicimos el año pasado? ¿El
                       del alfabeto, que nos obligaba a comer cada día alimentos que comenzaran
                       con una letra determinada?
               ROSIE: ¡Por supuesto! ¡¿Cuánto tiempo lo hicimos?!
               RUBY: Eh... pues veintiocho días, Rosie.
               ROSIE: Ay, claro... ¡Qué tonta! Empezaste a engordar al tercer día.
               RUBY: Fue porque el tercer día tocaba la maravillosa letra C: cruasanes, canutillos de
                       crema, confitería..., mmmm.
               ROSIE:  Pero aun así llegamos hasta el último día. Pasé un hambre lobuna con la
                       maldita Z; faltó poco para que me fuera al zoo a cazar zorros con el cuchillo
                       cebollero. Podría haberme comido el zoo entero, ya puestos...
               RUBY:  Igual me invento yo un régimen por mi cuenta y hago sudar tinta a esas
                       ridículas revistas.
               ROSIE: ¿Tienes alguna idea?
               RUBY: Mmmm... Sí, sólo puedes comer... los alimentos que se te parecen.
               ROSIE:  Estoy convencida de que los expertos en regímenes de las revistas ya están
                       temblando.
               RUBY: ¡No, en serio! ¡Creo que no está tan mal! Teddy siempre me recuerda un tomate
                       con esa cara grande, carnosa, roja y jugosa. Los dos pelos que tiene en la
                       cabeza me recuerdan el rabillo. Siempre me vienen ganas de meter su cabeza
                       en un vaso batidor y mezclarla con vodka y tabasco. Un Bloody Teddy. Simon,
                       de la oficina, me recuerda una col de Bruselas. Huele mal y...
               ROSIE: ¿Es verde?
               RUBY: No, sólo apesta.
               ROSIE: ¿Qué parezco yo?
               RUBY: Buena pregunta... Mmm, creo que eres un poco como una cebolla.
               ROSIE: ¿Porque huelo mal y hago llorar a la gente? ¿Porque huelo mal y hago llorar a
                       la gente?
               RUBY: ¿Por qué te repites?
               ROSIE: Es lo que hacen las cebollas, ¿no? Te repiten.
               RUBY: Vaya, ¡qué cebolla tan graciosa! No, pienso que es porque tienes muchas pieles,
                       Rosie Dunne, y a medida que pasan los años te las vas quitando. Dentro de ti
                       hay mucho más de lo que la gente sabe. ¿Y yo qué soy?
               ROSIE: Mmmm... Un pastel. Dulce como el azúcar y con una cereza en lo alto.
               RUBY: Y gorda y poco saludable.
               ROSIE:  Oye, Ruby, este régimen te lo has inventado tú. Si pareces un pastel sólo
                       puedes comer pasteles. Piénsalo.






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