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194 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               hora estuve entumecido.
                   212  Ahora, ustedes bien saben lo que son las bendiciones del Señor. Pero el poder del Señor
               es completamente distinto. El poder del Señor en esos lugares, yo lo he sentido antes, muchas
               veces en visiones, pero nunca así de esa manera. Se siente como “un temor reverente”. Yo
               estaba tan atemorizado que hasta me encontraba paralizado en la presencia de estos seres.
                   213  Yo digo la verdad. Como dijo San Pablo: “Yo no miento”. En ninguna ocasión me han
               escuchado hablar algo errado acerca de esta clase de cosa. ¡Algo está a punto de suceder!
                   214  Luego después de un rato yo dije: “Señor Jesús, si es que voy a morir, déjame saber para
               no contar esto a mi gente; pero si es algo distinto, déjame saber también”. No hubo ninguna
               respuesta.
                   215  Después que el Espíritu me dejó, calculo que como por una media hora o más, yo dije:
               “Señor, si es entonces que yo seré matado, y Tú has terminado conmigo aquí en la Tierra, y
               ahora seré llevado al Hogar…, y si así es, eso está bien. Eso está bien”. Así que, yo dije: “Si
               así es, muéstramelo. Manda nuevamente Tu poder sobre mí, y así conoceré que no debo decir
               nada de esto a mi gente o a nadie, porque será que ya vienes para llevarme”. Y yo… y nada
               sucedió. Esperé un rato.
                   216  Luego dije: “Señor Jesús, si no significó eso, pero más bien significa que tienes algo que
               quieres que yo haga y me será revelado más adelante, entonces manda Tu poder. ¡Y fue tanto
               que casi me sacó de la habitación!
                   217  Me hallé allá en el rincón. Podía oír a mi esposa en alguna parte queriendo forzar la
               puerta. La puerta de la habitación estaba cerrada con llave. Yo tenía una Biblia abierta y estaba
               leyendo. Yo no sé, pero parece que era en Romanos, el capítulo 9, el último versículo: “He
               aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída (una preciosa piedra angular), y el que
               creyere en Él no será avergonzado”.
                   218  Y pensé: “Es raro que esté leyendo eso”. ¡Y el Espíritu todavía me estaba ungiendo en
               el cuarto! Cerré la Biblia y me quedé parado.
                   219  Me acerqué a la ventana. Ya eran como las 10:00 de la mañana o más. Alcé mis manos
               y dije: “Señor y Dios, yo no entiendo. Este es un día muy raro para mí. Casi estoy fuera de mí
               mismo”.
                   220  Y dije: “Señor, ¿qué significa eso? Permíteme leerlo de nuevo, si esto es de Ti”. (Ahora,
               esto suena algo infantil). Levanté la Biblia y la abrí. Allí estaba nuevamente en el mismo lugar:
               Pablo diciéndoles a los judíos que trataron de… diciéndoles a los romanos que los judíos
               trataron de aceptarlo por las obras, pero es más bien por fe que nosotros lo creemos.
                   221  Bueno, pues ha sido un tiempo muy tremendo desde entonces. Ahora pueden ver dónde
               estoy parado.

               EL ESPÍRITU DE VERDAD
               18 de enero de 1963 [63-0118]
               Phoenix, Arizona, Estados Unidos
               Rev. William Marrion Branham
                   [42]  Yo estoy esperando. Yo estoy aquí ahora. No sé por qué. Sólo estoy esperando.
                   43  Puede que sea mi tiempo de partida al hogar. Eso es lo que parece. Si es así, alguien se
               levantará después de mí, que llevará adelante el Mensaje. Él será una persona rara, pero se
               levantará después de esto y llevará adelante el Mensaje. Y ustedes escúchenlo. Mientras sea
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