Page 80 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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74   La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               Calvario. ¿Dónde las recibe hoy? En el púlpito. ¿De dónde vino allá? De Jerusalén ¿De dónde
               vino? De las denominaciones; aquellos que proclamaban amarlo, fueron los que lo hicieron.
               Esos son los que lo hacen hoy. Su segundo Calvario, en donde Él recibe Sus heridas en contra
               de la Palabra… Eso es lo que lo traspasa a Él. ¿Quién es Él? Él es la Palabra. Él es la Palabra.
               ¿De dónde es que Él recibe las heridas más serias? De los púlpitos, en los lugares santos, tal y
               como fue allá entonces.
                   (…)  353  ¿No es un Calvario suficiente para mi Señor? ¿Por qué hacen esto? Ustedes que
               supuestamente le aman, ustedes que conocen bien que Esta es Su Palabra, ustedes que pueden
               leer Apocalipsis, capítulo 22, donde dice: “El que añadiere una sola palabra o quitare una sola
               palabra”. ¿Por qué lo hacen? ¿No basta con un solo Calvario?
                   354  Yo me paro firme en su defensa, yo soy Su abogado. Y yo los acuso por medio de la
               Palabra de Dios. Si no cambian de actitud, están destinados para el infierno; sus denominaciones
               se desmoronarán. Yo los acuso a ustedes en la presencia del Juez. Correcto. Ustedes, con sus
               apariencias de piedad e hipocresías. ¿Por qué lo llaman? ¿No es un Calvario suficiente?
                   355  Como dijo Pedro: “Vuestros padres denominacionales…”. Pedro los acusó a ustedes
               cuando dijo: “¿Cuál de vuestros padres no hizo esto?”. (Esteban dijo lo mismo). “Con manos
               inicuas habéis crucificado al Príncipe de Vida”. ¿No dijo Jesús Mismo?: “¿Cuál de vuestros
               padres no es culpable del entierro de los profetas? Y vosotros ahora adornáis las tumbas”. Así
               mismo ha sucedido con hombres justos a través de las edades.
                   356  Así mismo yo acuso a esta gente tan pulida del día presente, que son tan altivos, tan
               fieles a sus iglesias, pero a la vez: que han rechazado a Jesucristo. Ustedes con sus apariencias
               de piedad crucifican a mi Cristo por segunda vez, al decirle al pueblo que estas palabras son
               para algún otro día y que no son para este día. Yo los acuso a ustedes. Se encuentran culpables
               del mismo crimen como aquellos allá en el día de la crucifixión. ¡Arrepiéntanse y vuelvan a
               Dios o perecerán!
                   357  Y vuelvo a repetir: Aquí, las iglesias; ellos, los maestros; Le crucifican, por medio de
               blasfemar; a Él, la Palabra. ¡Que Dios tenga misericordia! Permítanme repetir eso una vez
               más; quizás esté enredado en la grabación: Aquí, las iglesias; ellos, el clero; Le crucifican, por
               medio de blasfemar; a Él, la Palabra. Con razón nuevamente suenan las palabras del himno:
                                   Con cielos oscuros y piedras partidas todo al derredor,
                                            Mi Salvador bajó Su cabeza y murió;
                                            Mas el velo abierto reveló el camino,
                                 Que conduce a los gozos celestiales y el día interminable.
                   358  Yo digo esto para esta cinta y también para esta congregación presente; yo digo esto
               bajo la inspiración del Espíritu Santo: “¿Quién está del lado del Señor? Que venga bajo esta
               Palabra”. Seguramente Dios traerá esta generación malvada, que ha negado a Cristo y ha
               rechazado a Cristo; la traerá a juicio por razón de blasfemia: la crucifixión de Su Palabra
               identificada. Están por llegar al juicio. ¡Yo lo acuso! Moisés dijo: “¿Quién está por Jehová?:
               Júntese conmigo”. Y eso cuando la Columna de Fuego allí estaba como evidencia. ¿Quién está
               del lado del Señor? Que tome la Palabra, niegue su credo y siga a Jesucristo cada día. Y yo los
               encontraré en la mañana.
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