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92   La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               Edades de la Iglesia. Sigan llevando cuenta de sus números.
                   212  Dicen: “Bueno, ahora, hermano Branham, se le agotaron. Usted tiene sus siete”.
                   213  Muy bien, tomemos la última fiesta, la cual es la fiesta de los tabernáculos. Ahora fíjense
               aquí en el versículo 36:
                   Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación
               (hay otro tiempo santo que viene)… santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
               Jehová; y es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis.
                   214  Ahora, tenemos un “octavo día”. Ahora, sólo hay siete días, pero aquí hablamos del
               “octavo  día”,  santa  convocación.  Fíjense:  “Ningún trabajo  haréis  en él”.  El  octavo  día  es
               (¿qué?) de regreso al primer día. Pues habla de la eternidad, a medida que gira alrededor, sin
               lugar dónde detenerse. Amén. ¿Lo ven? [La congregación dice: “Amén” –Ed.].
                   215  Fíjense, era también en este octavo día. El último día, día de fiesta del tabernáculo,
               fíjense después de eso, después del último día de fiesta, después de la última Edad de la Iglesia,
               después de los últimos siete días completos sobre la Tierra, después del Milenio, es que viene
               esta Santa Convocación.
                   216  Recuerden, esta es la fiesta de los tabernáculos; tabernáculos, “lugares de reunión”.
               ¡Amén! Donde: “En el Milenio”, dice la Biblia, “edificarán casas; morarán en ellas”.
                   217  Pero en la Tierra Nueva, Él ya fue y preparó el lugar. Ya está construido. No tenemos
               nada que hacer con la construcción de él. Amén. ¡Eterno! ¡Oh, simplemente me encanta esa
               Palabra! ¡Oh! Una Santa Convocación, el octavo día. Lo cual, sólo son siete días; entonces
               en el octavo día, lo cual regresa al primer día de nuevo, regresa directamente al primer día: el
               octavo día es una Santa Convocación.
                   218  Fíjense, siete días, sólo tiene que ver con la antigua creación, tiempo mundial. Siete días,
               ese es el Milenio, el Día de Reposo. Como Dios trabajó seis días, reposó el séptimo. La Iglesia
               trabaja seis días, y reposa el séptimo, pero ustedes todavía están en el elemento del tiempo. Yo
               no estoy hablando de lo Eterno.
                   219  Pero, ¿ven ustedes?, no hay tal cosa como ocho días; uno regresa al primer día de nuevo,
               ¿ven?, el primer día.
                   220  El día de reposo habla de la antigua Ley, que tenía que pasar. El guardar un día de
               reposo, el cual “pasó”, o, he dicho: “cambió a ser otro”. No pasó; sólo cambió de la antigua
               Ley, de guardar un cierto día de la semana.
                   (…)  223  Siete días, observen, los cuales “pasan”, o, he dicho, “cambiarán a ser otro”. Ocho
               días  trata  con  una  nueva  creación,  ¿ven?,  no  una  vieja  creación.  Ocho  días  es  una  nueva
               creación.
                   224  Porque, fue en el octavo día en que nuestro Señor resucitó de los muertos. Allí está Su
               otra convocación, la santidad; no considerando los días de reposo, en lo absoluto, o la fiesta
               de los tabernáculos, fiesta de esto, y la fiesta de pentecostés. Jesús resucitó de los muertos,
               para nuestra justificación, en el octavo día. Después de los siete días de reposo, o siete días,
               Siete Edades de la Iglesia, Jesús resucitó de los muertos. El octavo día, el cual es una santa
               convocación, ¿ven?, el cual es el primer día.
                   225  ¿Ven? Ustedes ya han pasado a través del tiempo, y cayeron en la eternidad de nuevo; no
               guardando días, y guardando días de reposo; y lunas nuevas, y cosas como esas. “Mas habéis
               pasado”, cambiado de forma; no aniquilado. ¡Gloria! “Mas pasado de muerte a Vida Eterna”.
               ¡Oh, lo que la Biblia nos enseña! ¿Ven? Pasado de uno a otro.
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