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8 DR. WILLIAM SOTO SANTIAGO
por comida; mira, la bendición la van a echar hoy, y le van
a traer comida a tu papá. Así que si lograste la Bendición
de la Primogenitura, comprarla por comida a tu hermano,
vamos a hacer el mismo negocio con tu padre, para que
logres esa bendición”.
—“¡Pero, mamá! Si mi hermano es bien velludo, y yo
no soy así”.
—“No te preocupes, del cabrito que vamos a prepararle,
de ese tomamos su piel y entonces la colocamos sobre tus
brazos”.
Vean ustedes que para los vencedores no hay
problemas. Los problemas vienen a ser un motivo para
inventárselas en el aire, como decimos nosotros.
—“Así que tu padre ya está ciego, y por alguna causa
está así. Así que Dios lo ha permitido así para que no te
pueda reconocer. Así que vamos a preparar todito”.
—“Pero mamá, ¿y si se da cuenta que yo soy Jacob y no
Esaú, y en vez de echarme la Bendición del Primogénito,
me echa una maldición?”.
—“Pues que caiga sobre mí la maldición que te vaya a
echar a ti; toda la culpa caiga sobre mí”. O sea, ella se
hacía responsable de todo el mal que pudiera venir sobre
Jacob.
Y prepararon todo; y allá Jacob se preparó también, su
madre lo preparó: le puso la ropa de Esaú (que tenía el olor
del campo), le colocó la piel del cabrito, y entonces le
entregó la comida, el guisado, y se lo llevó a su padre; y lo
instruyó bien para que dijera lo que tenía que decir.
Allá se presentó y le dijo: “Papá, he aquí la comida, el