Page 9 - el_misterio_de_la_bendicion_de_la_primogenitura_sencillo
P. 9
EL MISTERIO DE LA BENDICIÓN DE . . . 9
guisado que me ordenaste. Yo soy Esaú, tu primogénito.
Levántate, come, para que me bendigas”. Buscando la
Bendición del Primogénito que tenía que ser hablada por
el profeta de Dios para aquel momento.
Vean ustedes que la Bendición del Primogénito tiene
que ser hablada para la persona que va a recibir la
Bendición del Primogénito; y esa bendición tiene que ser
hablada por el profeta que Dios tenga para ese tiempo en
que la bendición va a ser hablada sobre las personas.
Ahora, Isaac decía: “Acércate más, porque quiero ver
quién eres; porque la voz es la voz de Jacob”.
Se acercó, lo tocó; dijo: “Son los brazos de Esaú”. Esa
pasó; pero todavía Isaac decía: “Pero es la voz de Jacob.
Acércate más”.
Olió la ropa, cuando lo abrazó olió la ropa, y dijo: “Es
el olor de mi hijo Esaú, pero es la voz de Jacob”.
Comió, y aunque tenía la duda, él quizás pensó:
“Bueno, pues es Esaú que le ha robado la voz de Jacob”.
Pero era Jacob que le había robado, tomado, la ropa de
Esaú, y le iba a tomar la Bendición del Primogénito.
Isaac comió, y entonces bendijo a Jacob pensando que
era Esaú; pero consciente de que era la voz de Jacob.
Ahora, vean ustedes, en la bendición que Isaac le echó
a Jacob lo colocó como señor, lo colocó como la persona
que gobernaría, y naciones estarían bajo su dominio. Eso
que él habló se cumpliría en Jacob parcialmente, y luego
en Jacob como nación, más adelante.
Ahora vean la bendición aquí. Dice en Génesis, capítulo
27, verso 26 en adelante; dice: