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Literatura 5° UNI
En 1886 vio la luz su estudio biográfico Doctor Lunarejo, acerca de Juan de Espinosa Medrano, El Lunarejo, del
Cusco, quien publicó dramas en quechua en el siglo XVII. En 1889 desempeñó la Jefatura de Redacción de El Perú
Ilustrado, en Lima, casi al mismo tiempo que aparecía su primera novela, Aves sin nido, que la hizo tan
justicieramente famosa.
Aves sin nido es obra genial no solo por su valía literaria, sino sobre todo porque enfrentó, desde la literatura, la
nefasta idiosincrasia de aquel tiempo, que consideraba “normales” las atroces injusticias contra los indios y los
aberrantes abismos sociales y prejuicios morales. El libro narra la historia de amor entre un hombre blanco y una
bella mujer mestiza, quienes no pudieron casarse al descubrir que eran hermanos, hijos de un mismo padre, un cura
mujeriego; y también la inmoralidad de los sacerdotes en aquella época.
A raíz de su novela, y del relato supuestamente sacrílego de un escritor brasileño en El Perú Ilustrado, la Iglesia
Católica desató una perversa campaña contra Clorinda Matto de Turner, por la que fue excomulgada, y luego,
numerosa gente manipulada por el clero saquearon su casa e incendiaron sus libros, que fueron prohibidos. En
estos momentos muy difíciles muy pocos la defendieron y apoyaron públicamente. Ella menciona especialmente a
tres, a quienes dedicó su novela Índole, así: "A mis queridos amigos y colegas Ricardo Palma, Emilio Gutiérrez de
Quintanilla y Ricardo Rossel". Este se presentó ante la Cámara de Diputados para expresar su más enérgica
protesta por los abusos cometidos contra Clorinda y su familia:
En 1891 renunció a su puesto para que se levantara la censura contra El Perú Ilustrado, y se fue al extranjero por
algún tiempo, visitando la Exposición Mundial de Chicago, en EEUU. En 1892 fundó, en Lima y con sus hermanos, la
imprenta La Equitativa, donde trabajaban únicamente mujeres y se editaba el periódico Los Andes. Desde sus
páginas, Clorinda defendió al Gobierno de Andrés A. Cáceres. En 1895, las tropas del presidente Nicolás de Piérola
ocuparon Lima, destruyendo la casa y la imprenta de los hermanos Matto.
El 25 de abril de 1895 abandonó Lima y se retiró al exilió, en Buenos Aires, pasando por Valparaíso, Santiago de
Chile y Mendoza. Se ganó la vida impartiendo clases en la Escuela Normal de Profesoras, así como en la Escuela
Comercial de Mujeres, y trabajando como periodista. Fundó la revista Búcaro Americano, en la que publicaban
escritores como Ricardo Palma, Amado Nervo, Rubén Darío o Leopoldo Lugones, y colaboró en otros medios, como
La Nación, El Tiempo y La Razón. Fue la primera mujer que ingresó al Ateneo de Buenos Aires, en 1895.
Clorinda Matto de Turner adquirió mucha popularidad por sus trabajos literarios, en los cuales presentó a los indios
en forma humana y positiva, en contra del racismo imperante, que nunca aceptó ni menos toleró. Sus escritos
también fueron parte de una campaña para mejorar la educación de las mujeres. Perteneció a un círculo amplio de
escritoras y pensadoras, que incluía a Juana Manuela Gorriti, Carolina Freyre de Jaimes, Teresa González de
Fanning, Mercedes Cabello de Carbonera y Aurora Cáceres, quienes trabajaban juntas en Lima, organizando
tertulias, publicando revistas y estableciendo escuelas, hasta que Clorinda tuvo que exiliarse a causa de aquel
infame atentado clerical, en 1895.
En Buenos Aires ayudó a la joven Zoila Aurora Cáceres, la hija del Presidente Andrés Avelino Cáceres, expulsada del
país en 1895. Clorinda fue amiga del Brujo de los Andes desde la Guerra del Pacífico (1879-1883). Y también tenía
lazos profesionales con los dos escritores más influentes de aquel tiempo: Ricardo Palma, quien le inspiró el género
tradicionista, y Manuel González Prada, con quien compartió su ideología contestataria, moderna y renovadora.
Entre numerosas entregas literarias y culturales, también tradujo al quechua el Nuevo Testamento; pero su obra
cumbre es, sin duda alguna, Aves sin nido, siempre actual a pesar del tiempo, imperecedera por su humanismo
magistral. Hacia el final de su vida emprendió viajes por España, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra, donde hizo
obra común con representantes de diversas organizaciones feministas. Clorinda Matto de Turner murió en Buenos
Aires el 25 de octubre de 1909. Sus restos fueron repatriados en 1924, por Resolución del Congreso de la
República, y sepultados en el Cementerio Presbítero Maestro.
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