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Historia Universal                                                               2° Secundaria

                 El culto a la Virgen y a los santos ha de suprimirse.
                 El Purgatorio no existe y las indulgencias no sirven para redimir las penas debidas por los pecados.

               Algunos nobles, deseosos de librarse del poder imperial y del poder de Roma, apoyaron a Lutero.
               El  más  conocido  fue  el  duque  de  Sajonia  Federico  el  sabio.  También  estaban  de  por  medio  ciertas
               ambiciones personales y de clase; por ello, varios nobles alemanes apoyaron a Lutero. Por otra parte, el
               pueblo alemán, harto de los impuestos de la curia romana, vio en él a un libertador. La represión ejercida
               por Carlos V, a través de la segunda Dieta de Spira (1529), solo provocó la protesta generalizada.
               De aquí viene la denominación de protestantes.
               Lutero  murió  en  1546.  Su    gura  sufrió  tanto  el  desprestigio  de  unos  como  la  exaltación  de  otros.  En
               1996, durante su visita a Alemania, el papa Juan Pablo II revalorizó los aportes de Lutero al desarrollo de
               una Iglesia más humana y pastoral.

            b.  El Calvinismo
               Inicia  por  Juan  Calvino  desde  Ginebra,  Suiza,  desde  donde  estableció
               una  dictadura  a  partir  del  tribunal  llamado  el  Consistorio.  En  Europa,
               las iglesias calvinistas reciben por lo general el nombre de reformadas,
               mientras que en el resto  del mundo se conocen  como presbiterianas.
               Rechazado durante su primera estancia en Ginebra debido a la rigidez
               de la disciplina impuesta, Calvino fue llamado de nuevo por el consejo de
               la  ciudad  en  1541.  Revestido  de  autoridad,  hizo  publicar  las
               “Ordenanzas  eclesiásticas”,  que  posteriormente  sirvieron  de  modelo
               para la fundación de otras iglesias locales. Las ordenanzas confiaban la
               actividad eclesial a cuatro grupos: los pastores, elegidos por el pueblo,
               se  encargaban  de  predicar  la  palabra  de  Dios  y  se  reunían
               semanalmente  en  congregación  y  mensualmente  en  sínodo;  los
               doctores se dedicaban a la enseñanza; el presbiterio –«ancianos» laicos-
               mantenía  la  disciplina;  y  los  diáconos  cuidaban  de  las  tareas
               asistenciales.
               La  denominación  de  iglesia  presbiteriana  procede  precisamente  de  la
               institución  del  presbiterio  de  “ancianos”  laicos  con  gran  poder
               disciplinar, en contraposición a la autoridad que otras iglesias conceden
               al obispo.


                                                       c.  El Anglicanismo
                                                          El  rey  de  Inglaterra,  Enrique  VIII,  pidió  al  papa  Clemente
                                                          VIII,  la  anulación  del  matrimonio  con  su  legítima  esposa,
                                                          Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El Papa
                                                          rehusó,  fiel al mandato de Cristo: «Lo que Dios unió, no lo
                                                          separe  el hombre» (Marcos, 10,9). El papa Clemente VII
                                                          negó la anulación matrimonial, necesaria a ojos de Enrique
                                                          VIII para la consolidación de la dinastía Tudor, pues con un
                                                          nuevo  matrimonio  se  conseguiría  el  heredero  masculino
                                                          tan  deseado.  Para  desenredar  la  situación,  Enrique  VIII
                                                          consiguió  que  la  Cámara  de  los  Lores  aprobara  el
                                                          nombramiento del rey como jefe supremo de la Iglesia de
                                                          Inglaterra  «en  cuanto  lo  permita  la  ley  de  Cristo».
                                                          Mediante  el  Acta  de  Supremacía  se  declaró  máxima
                                                          autoridad de la Iglesia anglicana, la cual sería consolidada
                                                          más adelante por su hija Isabel I mediante los «Treinta y
                                                          nueve artículos».

















              do
             2  Bimestre                                                                                -154-
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