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, temblando de nervios.    MEDICINA: ARTE Y PASIÓN
 Dando los últimos puntos, la indescriptible sensación de éxito, se apo-
 deró de mí, al haber puesto en práctica todo el conocimiento recibido du-
 rante las largas noches de estudio, las rotaciones hospitalarias, así como   En medicina estamos expuestos a un sinnúmero de experiencias ca-
 los buenos o malos días de internado rotativo. Por primera vez me sentí   paces de generar los más gratos recuerdos, pero siempre primará uno. Ese
 un médico completo, la vocación estaba ratificada y de ahí en adelante   que, al traerlo al presente, activa los sentidos y permite que el alma ex-
 estaré siempre al servicio y cuidado integral de los pacientes.  prese a través de los ojos el dolor o la euforia. Esta vez, quiero compartir
               la historia de “Rodrigo” (nombre protegido), un paciente de 72 años que
 En  lo  posterior,  mi  tutor  se  acercó  y  me  dijo:  “¡Buen  trabajo!”.   me marcó la vida y la carrera.
 Fueron las palabras más gratificantes que escuché en mucho tiempo. No
 había ni tiempo ni espacio, era un momento único. Horas después, ya en   Como cada mañana, la licenciada tocó la puerta y dejó el expediente
 la reflexión sobre lo vivido, me di cuenta de que no importa cuánto se   clínico sobre la mesa; acababa de llegar y era temprano, así que tuve
 estudie o se practiquen las técnicas quirúrgicas; al final, parece poco lo   la oportunidad de leer con detenimiento su historial, nada llamativo, o
 que se hace cuando se está delante del paciente a la par de que la respon-  eso creía yo: comorbilidades frecuentes de nuestro medio, además de la
 sabilidad es gigante.  imperiosa necesidad de consumir cigarrillos. Acudía mensualmente para
               retirar su antihipertensivo, y en esta ocasión, sería yo quien lo atendería
 Me quedó claro que la medicina ofrece dos grandes ramas: las ciencias   por primera vez. Cabello canoso, de baja estatura, semblante triste y ropa
 clínicas y las ciencias quirúrgicas. Por mucho tiempo creí que eran ramas   oscura, pero lo que más me llamó la atención, fue su educación y así
 contrarias o que competían entre ellas, dado que desde la época univer-  como la picardía en sus respuestas. Es difícil explicar cómo el amor, la
 sitaria escuché en más de una ocasión que “los médicos que operan son   empatía y el afecto surgen de una simple conversación.
 los que curan”. Sin embargo, entendí que al paciente se lo puede ayudar
 y tratar de muchas maneras y que todos los ámbitos de la profesión se   Antes de que le consulte sobre su hábito tabáquico, él abordó el tema
 complementan entre sí.   y lo hizo de manera que me dejó intrigado:

 También considero que existe un tipo de personalidad para cada es-  “Doctor en primer lugar sea usted bienvenido, y segundo, consumo
 pecialidad. Lo digo porque luego de la cirugía conversé con el interno   tabaco desde los 16 años como chimenea, pero desde hace seis meses,
 que me asistió y me comento que no le atraía el quirófano y que se sentía   como dos”.
 incómodo allí. Completó que lo que más le gustaba era estar en los pisos   Recordé de inmediato, que en el expediente se detallaba que Rodrigo
 de hospitalización y dar consulta pormenorizada a cada paciente. En mi   perdió a su esposa meses atrás. Me sorprendió la inexperiencia  y no
 caso, al igual que el de varios, y como queda plasmado en estas líneas,   me sentí preparado para charlar sobre ello. Pasó al chequeo médico, el
 el quirófano es el lugar ideal y el acto manual de operar con todo lo que   mismo que se desarrolló con normalidad y al final, como corresponde, le
 involucra no lo cambio por nada. Es por eso que cada quien, con el paso   entregué la receta con su antihipertensivo; la tomó y agradeció. Al salir,
 del largo camino de la medicina, encuentra su verdadera vocación.  no pude evitar mencionar que, si sentía la necesidad de hablar, yo estaba

 Afirmo que es fundamental el papel que ejercen los docentes, tra-  dispuesto a escucharlo; sonrió, agradeció una vez más y salió del consul-
 tantes e instructores en la formación, puesto que las palabras de aliento,   torio. El día siguió su curso.
 la motivación constante, y la rigurosidad que ponen en cada actividad al   Al término de la jornada, tomé mis cosas, salí del establecimiento y
 momento de enseñar, tienen el fin común de que el aprendizaje sea total,   crucé el parque central para tomar el bus de regreso a casa. Y ahí estaba
 para que cuando llegue el momento, podamos desenvolvernos “solos”   él, sentado en una de las bancas, fumando. Me acerqué a saludarlo y antes
 frente al paciente, tal como aprendí en aquella ocasión.   de que pueda pronunciar media palabra, una vez más se me adelantó y me
               dijo que en seis meses fui la primera persona que lo invitó a conversar, y
               especialmente, a ser escuchado. Y así fue, no se detuvo un instante y tam-
 Autor: Md. Francisco Mena  poco sentí la necesidad de parar la charla, misma que durante 20 minutos
               fue un monólogo de desahogo.
                  Elegí escuchar y asentar con la cabeza, sin saber qué decir. Yo lo invité
 1 Es un trastorno neurológico poco común que provoca que los afectados tengan una total ausencia de control   a hablar, y no encontré palabras para articular ante todo lo que Rodrigo
 sobre una de sus manos.
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