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pietarios. Reconozco que sentía jugarme la vida cada vez que subía y   entendí que debía sobrellevar lo suscitado para cumplir con aquel año,
 bajaba de la canoa, lo cual era parte de la aventura, en pos del servicio a   que me había enseñado tanto y permitido vivir más de lo que alguna vez
 la comunidad; sin embargo, en el viaje en camioneta, sentir la brisa era   imaginé. Fueron meses de mucha adrenalina en los que conocí personas
 tan refrescante como tranquilizante.   muy gratas, que me ayudaron en toda mi experiencia médica. Sí, también
               era triste despedirme de algo que se volvió parte de mí, más allá de lo
 La  primera  impresión, ya en el  lugar, me  angustió,  puesto que no
 era más que una mediana construcción desgastada por la humedad. Sin   vivido.
 embargo, el paisaje era maravilloso, lleno de palmeras de las que, po-  Entre armonías y dificultades, superé aquel reto, donde la calma y
 dría jurar, emanaba el tan buscado elixir de la vida, acompañadas del   la estabilidad psicológica, jugaron un papel inexpugnable. Con aquella
 arrullador canto del esplendoroso mar que renovaba mi espíritu. De tal   experiencia en mi mente, como constante maestra, he logrado continuar
 manera, caía en las redes del optimismo, y con estas naturales considera-  con la carrera profesional, cumpliendo más de dos años en funciones de
 ciones, llegar al Nirvana   podría ser sencillo y renovador.   médico residente en un hospital, que me ha brindado la oportunidad de
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               seguir creciendo en conocimientos y habilidades.
 Al culminar la semana, el ansiado momento de descanso llegó. Lejos
 de la familia, decidí quedarme en la residencia médica, sitio en el que pude   Y como en la vida, los retos y desafíos se presentan de manera cons-
 degustar de la gastronomía típica de esa área del país; disfruté mucho de   tante, estoy viviendo uno nuevo mientras escribo estas líneas, el mismo
 aquellos manjares y aprendí cosas que, dentro de la práctica médica, son   que evoca idénticas sensaciones de aquel terremoto, pero con descono-
 difíciles de alcanzar. Con la noche mostrando el cielo infinito, en ese   cidas consideraciones: Coronavirus COVID-19, virus que mata, no solo
 paradisíaco lugar, era momento de descansar; estaba tan cansada que pa-  a quienes tienen condiciones preexistentes, sino también a los que no
 recía que Hipnos   me llevaría a sus dominios de manera perpetua. En la   cumplen a rajatabla con las medidas preventivas de contagio; y, como
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 parte más profunda del trance, empezó a temblar, moviendo todo de un   médico, implica mayor responsabilidad al estar más expuesta a quienes
 lado a otro; me costó diferenciar si era producto del sueño o no. Como el   lo están padeciendo.
 evento no paraba, me desperté asustada, momento en que la oscuridad se   Resulta histórico, al ser testigo de la pandemia que ha paralizado al
 apoderaba del sector; así, el paraíso se convertía en un lugar apocalíptico   mundo en simultáneo, cosa que no sucedió en otras similares, ni tampoco
 donde el miedo y los nervios pasaban a ser sus dueños.
               con las guerras mundiales. A veces creo que es un mal sueño, o pesadilla,
 A la mañana siguiente, con tensa y calma y poco descanso, la realidad   pero al momento de estar en el trabajo, el palpar la realidad es sumamente
 se manifestó por sí misma: había sido un gran terremoto, con sensación   duro. ¡Cómo extraño hacer mi trabajo cuando la simpleza permitía laborar
 de muerte inminente que nublaba la mente, despertando las ganas de huir,   sin limitaciones! Ahora, cubierta totalmente con un equipo de protección
 sin rumbo fijo, sin pensar, sin claridad. Viví un exalto de emociones tan   personal que, a la par de protegerme, me aísla en gran medida, es cuando
 fuertes que es imposible describirlas en palabras, siendo quizás la más   más valoro lo importante: la salud, la familia, la compañía, la libertad;
 cercana, desesperación. Al día siguiente, como no podía ser de otra ma-  soy consciente de que el título universitario, el dinero, el status, no sirven
 nera, la locación cambió y me trasladé desde aquel lugar a la zona más   de nada en estos momentos, que nadie está por encima de nadie; pero
 afectada durante el evento natural; encontré en tinieblas a la ciudad y   que también, por la profesión, está en mis manos hacer lo mejor posible
 la tristeza ahora tenía nombres, apellidos y expresiones faciales, cuyas   día a día para aportar valor a la gente que está a mi alrededor, sean seres
 voces eran llantos desgarradores coreados al unísono. Momento clave   queridos, colegas, pacientes. Se llama responsabilidad.
 que cambió mi vida, como humana y profesional, ante la sensibilidad del   Al final, las cosas suceden siempre por alguna razón, motivo o pro-
 momento y sus protagonistas.
               pósito, y esto debería llevarnos, como sociedad, a ser mejores, a respetar
 Las réplicas fueron constantes, no hubo día en que no se sientan, lo   al resto, a ser solidarios y tender la mano siempre que se pueda hacerlo,
 que aumentaba en mí las ganas de abandonar pronto ese sitio tan her-  sin esperar recibir nada a cambio. El servicio en su máxima expresión,
 moso, en el que cualquiera quisiera pasar sus días libres; sin embargo,   del cual los profesionales de la medicina no podemos abstraernos, ya que
               estamos llamados a darlo todo, más que nunca.
                  Afortunados los que ya no están, por duro que sea, ya que no tendrán
 2 En sánscrito, palabra que se refiere al estado de liberación, por medio de la meditación y el crecimiento   que lidiar con las secuelas de la pandemia; valientes los que quedamos
 espiritual. Muy aplicada en religiones como el Budismo, entre otras.  para  seguir  luchando  por nosotros mismos,  nuestras familias,  quienes
 3 Encarnación humana del sueño, en la mitología griega
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