Page 10 - Historias de los jueves
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A medida que se gastaban los primeros días del mes de abril, su impaciencia crecía y sus sueños también. Todo lo bueno le había ocurrido en abril, aún siendo las lluvias abundantes. La luz se alargaba más, las primeras flores de la primavera asoman sus corolas, exultantes de belleza. Los brotes de los árboles pronto explotarían. En ese momento, todo parecía estar en ebullición. La vida en la Naturaleza no pide permiso, se lo toma con descaro y alegría.
En sus ensoñaciones, Miren se transportaba a un mundo de ilusión y esperanza. LA CARTA le daría el empujón que necesitaba. Con ella vendrían las bases para participar en el concurso. De ahí partiría. No dejaría pasar más tiempo. Se veía a sí misma como las heroínas de los cuentos que leía cuando era niña. Aquellas eran audaces, osadas, triunfadoras y capaces de todo.
A Miren le asaltaban pensamientos sobre dónde se encontraría LA CARTA. La veía en el fondo de una saca de correos, olvidada, aplastada, arrugada; y su membrete, tan bonito y distinguido cuando salió de su punto de partida... de aspecto formal, como corresponde en estos casos: sobre alargado; arriba, a su izquierda, una fila de letras MAYÚSCULAS, todas ellas de tamaño grande; debajo de estas dos filitas de letras minúsculas, que te ponen sobre la pista de quién la envía, a la izquierda de las MAYÚSCULAS, casi coronándolas, pero sin coronar, se levanta majestuosa la hoja de ROBLE.
Es la hoja del ROBLE sobria por naturaleza, dentada en sus formas y de tonalidad verde grisáceo. El árbol del que procede es robusto, fuerte, y a su tronco se adhieren otras formas de plantas que hacen que resulte aún más bello. Lo
[10 — Germelina Andrés]