Page 12 - Historias de los jueves
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visibilidad. Todo despejado. Y esas rayas lineales, siempre de color azul claro, como el cielo cuando palidece. Ese tono tan especial hace que entre más luz en el papel.
Había utilizado ya muchos, pues los años de Miren no eran pocos. Los tenía ordenados por temas, sin tener en cuenta la cronología. Pensaba que eran más importantes las historias contadas que el tiempo en que transcurrían.
Pero ahora el tiempo sí importaba. Era el día 10 cuando desde la ventana divisó al cartero que se dirigía a su casa. Traía LA CARTA.
Al entregársela, la emoción la embargó y no pudo contener las lágrimas que brotaban de sus ojos. La visión aparecía borrosa, pero no cabía duda, con LA CARTA entre sus manos, los movimientos se antojaban torpes en su afán por abrirla. Sabía que era para ella y a ella se le brindaba la oportunidad de contar una historia. Se sentía feliz... ya la empezaba a dar forma. Sabedora como era de su deseo, tenía sin embargo miedo al fracaso. Pero ahora no podía dudar. Lo bello y esperanzador tenía que contarlo. Cogería un cuaderno verde, le diría a Ignacio que “iba a poner ocurrencias” y se deslizaría entre las líneas azul celeste para llegar adonde la devoción le llevara.
[12 — Germelina Andrés]