Page 81 - Historias de los jueves
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AQUELLOS ALEGRES VERANEOS
Mertxe Santamarina
Por las mañanas solían ir a pasear por la orilla de la playa, para al final darse un buen baño y volver a casa.
Después de comer, él se echaba la siesta y ella, tras recoger, salía a sentarse en la terraza de entrada al apartamento; se ponía a la sombra a coser o hacer punto. Todo esto lo hacían cuando estaban solos, podían aprovechar para vivir, pasear y descansar.
Allí sentada veía todas las puertas de los otros apartamentos y el ascensor, con el ir y venir de los veraneantes, casi todos se conocían de muchos años y los que venían de alquiler enseguida se integraban.
Desde allí podían ver también casas de labranza, el camping y los caballos de alquiler.
A la izquierda un campo de fútbol y un gran aparcamiento de coches junto a la carretera.
Muchos vecinos se sentaban a charlar cuando el sol se iba escondiendo, una vez que su marido se había vestido paseaban hasta el puerto y contemplaban como volvían los barcos tras la faena cargados de peces.
[Mertxe Santamarina — 81]