Page 11 - ESPERANZA PARA UN MUNDO EN CRISIS
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Pandemias, plagas y profecías 7
la humanidad pensó que, si comía del árbol, accedería a una esfera de
existencia superior. Satanás afirmó que Dios era arbitrario, un tirano au-
toritario que no le interesaba el bienestar de sus criaturas.
Una puerta que Dios nunca quiso que se abriera
Cuando Adán y Eva pecaron, abrieron la puerta a la enfermedad, el
sufrimiento y el dolor. Dios no quería que fuera así. En esencia, el pecado
es separación de Dios (lee Isaías 59:1, 2). Lejos de él, estamos desconec-
tados de la Fuente suprema de vida y salud. Vivimos en un mundo en
rebelión contra Dios. Cristo vino a cumplir con las demandas de la Ley
transgredida, para restaurarnos a la imagen de Dios y revelar cómo es él.
En San Lucas 19:10, Jesús afirma que “el Hijo del Hombre vino a buscar y
a salvar a los que están perdidos”. Dado que “la paga que deja el pecado es
la muerte”, que “todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta glo-
riosa establecida por Dios”, Cristo vino a rescatar a este mundo perdido
(Romanos 6:23; 3:23).
En su vida y su muerte, Jesús reveló cuánto se preocupa el Padre por
nosotros. Cada milagro que realizó habla de un Dios que se preocupa por
nuestro sufrimiento. Cada vez que Cristo abría los ojos a los ciegos, abría
los oídos a los sordos, curaba las piernas secas de los paralíticos y resucita-
ba a los muertos, demostraba cuánto realmente nos ama. Cuando murió
en la Cruz, desterró la mentira de Satanás para siempre y reveló que pre-
fería asumir la culpa, la vergüenza y la condena del pecado sobre sí mismo
antes que perder a uno solo de nosotros (2 Corintios 5:21; Gálatas 3:13).
Jesús también llegó a ser un ejemplo en demostrar cómo es una vida
abundante. Reveló que no es Dios quien está detrás de las enfermedades.
No causa sufrimiento ni enfermedad. ¡Él es el Dios de la vida plena! En el
gran conflicto entre el bien y el mal, un ángel rebelde ha desafiado a Dios
y está luchando contra él por el control de este planeta.
La enfermedad, el sufrimiento y el dolor son consecuencias de esta
controversia. Satanás utiliza la enfermedad y el sufrimiento para desa-
creditar a Dios, haciéndonos pensar que él no quiere lo mejor para no-
sotros. Sin embargo, en este mundo de sufrimiento, Dios revela su amor
y su cuidado. Él dice: “Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes
siempre, hasta el fin de los tiempos” (S. Mateo 28:20, énfasis añadido).