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Poesía

Beatriz Delgado Narro

Pequeña garúa

Era una mañana como tantas otras,
¿recuerdas, pequeña?
Mamá despertó y decía que el cielo estaba callado,
callado como los recuerdos ocultos en la memoria.

¿Recuerdas, pequeña?
Una garúa se estancó en tu mejilla
y mamá otra vez dibujó en el aire
y repitió que el viento era un inmenso remanso de recuerdos.

Era una mañana como tantas otras,

y tú en las puertas del infinito,
tratando de descifrar cada una de las letras,
cada una de las mil palabras y susurros,
porque el viento decidió callarse para ti.

Pequeña, ¿recuerdas ahora?
Mamá despertó y decía que el viento se había estancado,
decía que la luz no tenía palabras,
pero que era inmenso su calor,
como un abrazo eterno.

Pequeña, es ya de mañana,
los pájaros están cantando y dibujando sonidos en el horizonte.

Despierta,
64 la garúa es más hermosa cuando aprendemos a sentirla
y la brisa es más brisa cuando la arrullamos…

Despierta,
el mar está cantando para ti
y lo guardé
en el rincón más concurrido de la casa.