Page 114 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar








                                               MI MADRE








                                                    Nació en Bogotá, un 18 de septiembre de 1921, en
                                                  una  casa quinta  que  quedaba  ubicada  detrás de  la
                                                  iglesia  del barrio  Egipto. Fue una buena  estudiante,
                                                  mientras los quehaceres de la casa se lo permitieran.
                                                  La abuela Dolores se la monto, porque fue la ultima de
                                                  las González que se casó.


                                                    En la escuela Quinta Díaz, (ubicada entre los barrios
                                                  Egipto y Belén), en uno de sus primeros años de pri-
                                                  maria, tuvo un inconveniente con una de las profeso-
                                                  ras de la escuela, me lo contó cuando tenia 83 años
                                                  (que memoria por Dios... que memoria): “Estábamos
                                                  en clase, la profesora me grito dentro del salón, me
                                                  hizo ir  hasta su escritorio y  me pego un pellizco de
                                                  monja (de esos que si duelen), yo con el dolor en mi
                                                  brazo, cogí la pizarra donde escribíamos (que era de
                                                  madera) y le raje la cabeza con eso”, me contaba mi
                                                  madre, “tuve para que me suspendieran de la escuela
                                                  por varios días, pero gracias a Dios, mi mami me dio la
            razón, fue a hablar con la profesora, me recibieron nuevamente, pero con matricula
            condicional”


               Definitivamente fue una hija, hermana, excelente madre e inmejorable esposa. Fue
            el alma, nervio y motor del hogar que conformo con mi padre. Se casó de 27 años, ma-
            nejaba las situaciones con mucho tacto y prudencia, consultaba sus decisiones con su
            hermana del alma, la tía Alicia. En todos los proyectos, paseos, reuniones, negocios,
            ella cogía a mi padre entre las cobijas y decidía que había que hacer. Hubo muchos
            ejemplos, de los que mas me acuerdo:


               - La compra del televisor de 17 pulgadas
               - La edad para que hiciéramos la primera comunión
               - La compra de la casa propia en San Fernando
               - El sitio turístico donde pasaríamos las vacaciones anuales
               - El vestuario de moda que debíamos usar
               - La atención a las abuelas Dolores y Emelina, hasta sus últimos días




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