Page 36 - Edición Marzo Mes de la Mujer - Mandrágora
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¿Sirve el RUAC?
Fui invitada, junto a otros colegas artistas, a participar de algunas reuniones durante la reestructuración
de la nueva constitución del Ecuador, cuando se pusieron en plataformas los plebiscitos, en la época de
presidencia de Rafael Correa. En la mesa de trabajo se hizo mucho para beneficiar a los artistas y
actores culturales del país. Desconozco cómo estaban las actividades en otras ciudades o poblados,
pero recuerdo que en Cuenca se trabajó mucho sobre las mesas de diálogo popular. Las primeras
reuniones comenzaron en la casa comunal de San Roque, primero con un grupo de artistas escénicos y
luego con más personas colaboradoras; posteriormente los diálogos y avances se pasaron a una sala de
teatro más amplia, el "Centro Cultural Sono". Recuerdo que contamos con el fuerte apoyo de Piotr
Zalamea Zielinski, y es a quien agradezco públicamente por su preocupación al invitarme a la mayoría
de intervenciones populares de aquel tiempo, incitando al diálogo a mentes y corazones de diversas
áreas y disciplinas creativas hacia la democracia y los derechos civiles.
Muchos de quienes conformamos la comunidad de actores culturales azuayos nos reunimos y
adherimos con la intención, y las esperanzas, de crear un apoyo mutuo para todos. En especial para los
colegas que atraviesen por la vejez, apoyando las necesidades en casos extremos y, a la par, pidiendo
la jubilación para aquellos con más de 40 años de trayectoria activa, con el fin de que puedan/podamos
gozar los últimos días de un buen nivel de atención médica. Pensando que, con esta paz, se puede vivir
una época productiva de creación, entregándonos al arte y no a las preocupaciones diarias de no saber
si se comerá mañana, si se venderá un cuadro o si habrá público que pague las entradas en una puesta
en escena, o gastos tan grandes en ediciones de libros que jamás son publicados, etc. Al poder contar
con esa paz de saberse respaldado por el estado, el artista creador puede dedicarse de lleno a esa
producción tenaz e incansable, enriqueciendo el patrimonio cultural nacional, concentrándose y
enfocándose en las actividades artísticas que son parte de los tesoros patrimoniales vivos, tangibles e
intangibles del Ecuador.
En los años de trabajo conjunto y participación de largas reuniones con los pocos gestores que nos
acompañaban, puesto que la mayoría tenían empleos asalariados, la intención inicial era proponer a la
asamblea nacional que el apoyo sea dirigido principalmente a los artistas y creadores en las distintas
áreas: Actores/actrices, músicos/compositores, artistas plásticos en general, escritores (poetas,
novelistas, etc.) bailarines y performers de teatro físico, etc. En sí, para quienes estén en el ámbito
creativo, pero no hablamos de quienes hacen shows de entretenimiento comercial, sino de productores
artísticos. Es decir, el área más vulnerable de la rueda cultural, por ser quienes trabajamos las 24/7 en
la producción artística sin un sueldo fijo, carentes de coyunturas políticas, ni colaboración con ningún
canal de televisión o YouTubers. Explícitamente, para los artistas independientes.
Gracias al trabajo monumental realizado en Ecuador, de socializar y dialogar los pros y los contras de
nuestra propuesta, se pudo contar con fondos comunes, y con el apoyo de abogados para la creación de
una protección a los derechos creativos y de sustento al artista activo. Se enviaron magníficos
borradores sumamente detallados a la asamblea nacional, para que se dé origen a UNA LEY DE
CULTURA que sea adherida a los artículos de la Constitución de la República de Ecuador: “La
protección de los artistas ecuatorianos y el mejoramiento a los derechos legales de la producción
creativa . “