Page 19 - Mandrágora Revista Digital Abril 2022
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Confesiones
Viaje hacia las alturas hasta llegar a una gota infinita dorada en forma de óvalo, a su
alrededor tenía colores del arcoiris difuminado. No tenía miedo a diferencia de otras
experiencias con medicina o los rituales que practicaba, que por cierto no le llegan ni a la
punta del cabello a esta experiencia maravillosa y poderosa. Dios abrazo mi alma y me
contenía. El abrazo más amoroso maravilloso que pude sentir.
Vi hacia abajo en la tierra y ya hacía Jesucristo cercano a mi cuerpo sacando toda clase de
porquería inmunda. Me estaba liberando, de energía de total oscuridad, tristeza angustia ego,
incluído energía adquirida de las personas a las que "ayude" a liberar yo, jugando a ser Dios.
Luego de 8 minutos intensos, salió la última sombra, la más grande. Y Regrese a mi cuerpo
aquí en la tierra. Pude ver de nuevo, pero esta vez era diferente, mi mente mi cuerpo y
corazón fueron limpiados, renovados, volví a nacer.
Cuando pude incorporarme, me levanté, salí al patio de mi casa y caí de rodillas con mis
brazos hacia el CIELO, agradecido con Dios PADRE TODOPODEROSO HIJO
JESUCRISTO Y AL ESPÍRITU SANTO por tocar mi ser de esa manera. Solo Dios sabe la
forma de tocar a cada uno. Y yo necesitaba esa manera tan intensa para poder creer de verdad
en Èl. Desde aquí empezó mi conversión, mi liberación mi camino como hijo de Dios, cómo
su siervo y servidor.
Quiero que la gente sepa que estuve en la casa de Dios. Los que me conocen saben que nunca
asistí a iglesias ni leía la Biblia. No sabía de la existencia de todo esto. Ahora se que es real y
existe.
Espero que mi testimonio ayude a muchos hermanos a afianzar sus creencias en Dios, pues si
lo están leyendo, sepan que es un mensaje directo de Dios para que sigamos sus pasos con la
convicción de que el cumple la promesa de salvación eterna para cada uno, si obedecemos su
palabra y mandamientos. Ahora no habito más en mi, más Cristo habita en mi.
Dios es bueno y siempre está con los brazos abiertos esperando a que extendamos nuestras
manos y nos agarremos de Èl. Entreguemos nuestra vida por y para el, pues Èl se encargará
del resto.
PAZ EN LOS CORAZONES DE TODOS HERMANOS
Amén
PABLO CHRISTIAN