Page 18 - Mandrágora Revista Digital Abril 2022
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Confesiones



                                          De Shaman a Cristiano



          Muchos de ustedes me han preguntado el ¿por qué de mi cambio
          repentino? De cómo estar dirigiendo gente en los temazcales y las
          medicinas,  a  soltarlo  todo  y  convertirme  en  un  fiel  servidor  de

          Dios, de dejar a un lado todo lo aprendido y llenar mi corazón con
          la gracia del Padre - Hijo y Espíritu Santo.


          Pues les cuento el cambio maravilloso que experimento desde hace

          tres meses, de como Dios cambio y limpio mi ser.


          Hace mucho tiempo en la búsqueda de Dios, en todos los caminos
          que  transite,  inclusive  dentro  del  shamanismo,  sabía  que  Dios

          existía,  pero  no  lo  conocía.  Siempre  lo  invocaba  de  una  u  otra
          forma,  siempre  repetía  "rezos"  aprendidos  desde  lo  católico,  por
          qué no conocía otra forma de acercarme a Él.



          En  esta  temporada  me  cansé  de  hacer  ceremonias  rituales,  me
          sentía vacío.
          Investigué  en  muchas  religiones  incluído  el  Coran,  Catolicismo,
          Mormón pasando hasta por la brujería, masonería, llegando hasta

          movimientos modernos que solo me alejaron más de Dios. Caí en
          una oscuridad muy fuerte, pues abrí puertas que no debía. Hasta
          que empecé a escuchar voces que me confundían cada vez más.



          El día sábado 29 de enero del presente año, alrededor de las 6 pm.
          Sentados en casa con mi esposa y viendo cómo se divertía mi hijo


          Natem.  Empecé  a  sentirme  muy  extraño,  muchas  lágrimas
          brotaban de mis ojos, algo raro en mi pues se me hacía muy difícil
          llorar. Mi corazón estaba muy acelerado, sentía que se me salía y
          supe que algo estaba por pasar. Le dije a Verito mi esposa que algo

          me  sucedía,  no  paraba  de  temblar,  hasta  que  frente  a  mí  se
          presento una luz muy brillante, más que el Sol, más que el oro. Me
          cegó y empezó a invadir mi cuerpo, quemaba mucho.



           En ese momento caí al piso derrumbado sin que mi cuerpo pueda responder, era una fuerza
          más poderosa que mí. Me rendí y me solté en llanto. Ese instante quebrantado dije "Me rindo"
          fue ahí cuando Jesucristo tomo mi mano y ayudo a qué mi alma salga de mi cuerpo hasta
          elevarme por un tubo de luz celestial. Vi muchas manos que estaban elevadas al cielo y sabía

          que eran las personas que oraban por mí.
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