Page 331 - LIBRO ERNESTO
P. 331

Capítulo 14



               asimilada  a  lo  largo  de  ese año.  Estaba  en  juego  el  conocimiento
               técnico-táctico del entrenador, él confiaba plenamente en la calidad
               técnica y en la motivación de sus muchachos.

               Sonó el pito el árbitro y se inició el compromiso final. Nacional desde el
               comienzo salió a buscar la pelota y con buen trato del balón sorprendió
               al rival. Los intentos de ataque del once canario, morían en el medio
               campo. El equipo criollo se mostraba bien balanceado y equilibrado
               en todas sus líneas, controlando de una manera eficaz el partido. En los
               minutos finales del primer tiempo se mantenía en blanco, pero en el
               minuto final, un descuido de la zaga permitió que Carlos Muñoz lance
               un centro que fue aprovechado por Julio César Rosero, que con golpe
               de cabeza venció al arquero Héctor Lautaro Chiriboga.


               Dice el refrán, que “no hay peor astilla que la del mismo palo”. Julio
               César Rosero y Byron Tenorio fueron trasferidos al ídolo porteño y
               según ellos, querían convetirse en campeones con la blusa del Barcelona.

               En los primeros minutos del segundo tiempo fue expulsado Mosquera y Er-
               nesto Guerra realizó los cambios apropiados de posición táctica en la defen-
               sa y mediocampo para solventar la inferioridad numérica. Estos movimien-
               tos permitieron controlar el partido. Nacional se defendía y contraatacaba
               por los costados con salidas que terminaron dando resultado.


               Un tiro de esquina cobrado por José Lupo Guerrero fue interceptado
               por Nixon Quiñónez, que con certero golpe de cabeza consiguió el
               gol del empate. El estadio enmudeció y los hinchas amarillos no creían
               lo que estaba ocurriendo. La temperatura aumentaba, el sol brillaba
               con más intensidad y Nacional se mantenía ordenado en todas sus
               líneas controlando todos los intentos del rival por conseguir el gol de
               la victoria. El desgaste físico ocasionado por el calor de la tarde soleada
               daba la impresión que más afectaba al equipo local. Nacional hacía
               gala de un estado físico extraordinario, fruto del trabajo responsable
               del preparador físico, capitán Luis Velarde.

               El arquero Chiriboga tuvo un excepcional desempeño, realizando
               estupendas atajadas que ahogaron el grito de gol de más de 45.000

                                                Memorias de un triunfador  331
   326   327   328   329   330   331   332   333   334   335   336