Page 327 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 14
fracaso, porque como terceros participamos en un evento de carácter
internacional.
En la planificación realizada para el año 1992 se determinaron algunos
objetivos de carácter estratégico, para alcanzar las metas que satisfagan
las expectativas de socios, hinchas y seguidores y sin duda la obtención
de un nuevo título a nivel nacional.
Las acciones para lograr estos objetivos se basaron en la experiencia del
año anterior, en el trabajo responsable del directorio y de las diferentes
comisiones. Al nombrar como director técnico a Carlos Gutiérrez,
formador de jugadores y conocedor de la mayoría de integrantes del
primer equipo, creímos que estábamos en lo correcto. También se
integraron algunos jugadores a pedido del entrenador.
En el comienzo de la pretemporada se programaron partidos de
carácter amistoso como preparación para los encuentros oficiales de
campeonato, pero los resultados no fueron positivos.
De igual forma, al inicio del torneo oficial, no hubo corrección ni
reacción de parte del entrenador y los resultados no fueron buenos.
La confianza que habíamos depositado en Gutiérrez llego al límite y
terminamos la relación laboral de mutuo acuerdo.
El momento nos exigía una rectificación a la brevedad posible y esta
vez no podíamos equivocarnos. El plantel de jugadores del primer
equipo, jóvenes en su mayoría, necesitaba un entrenador que conozca
la idiosincrasia del jugador criollo, que sea motivador, que los infunda
fortaleza, temperamento y espíritu ganador, que cuente con experiencia
y esté actualizado en el futbol moderno.
Necesitábamos alguien que reúna esas características. Ventajosamente,
en el historial de directores técnicos que habían pasado por el
club, existía el técnico que podía satisfacer nuestras exigencias y
aspiraciones. Era el profesor Ernesto Guerra, un estratega con vasto
conocimiento del fútbol nacional. Ya había ganado dos títulos con el
club. En 1976 y 1982 alcanzó dos coronas que abrieron las rutas de
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