Page 78 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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que el viento negro mueve, esparce y desordena.
                  Yo voy pensando en ti, buscando las palabras.
                  Llego a tu casa, llamo, te pido que me abras.
                  La ciudad de las cuatro tiene pasos de alcohólica
                  Desde el balcón la veo y como tú, bucólica
                  geometría perfecta, se desnuda conmigo.
                  Agradezco su vida, me acerco, te lo digo,
                  y abrazados seguimos cuando un alba rayada
                  se desploma en la espalda violeta de Granada.




                   Recuerdo que atardecía...

                  Recuerdo que atardecía,
                  recuerdo que vi su coche
                  detenerse,
                  recuerdo la compañía
                  de sus ojos en la noche,
                  sin saberse
                  tras la boca de un gatillo
                  que esperaba tembloroso
                  y asesino,
                  meterse por un pasillo
                  de aquel corazón dudoso
                  sin destino.




                  Aunque tú no lo sepas...

                  Como la luz de un sueño,
                  que no raya en el mundo pero existe,
                  así he vivido yo
                  iluminando
                  esa parte de ti que no conoces,
                  la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

                  Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
                  cruzar la puerta sin decir que no,
                  pedirme un cenicero, curiosear los libros,
                  responder al deseo de mis labios
                  con tus labios de whisky,
                  seguir mis pasos hasta el dormitorio.

                  También hemos hablado
                  en la cama, sin prisa, muchas tardes
                  esta cama de amor que no conoces,
                  la misma que se queda
                  fría cuanto te marchas.
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