Page 277 - Mahabharata
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3. En el bosque 257
—Mi señor, yo sé por qué nos ha ocurrido esto. Si hubiera matado al pecador
Dussasana cuando arrastró a Draupadi a la corte, esto no hubiera ocurrido. Fue un
pecado dejarle vivir. Esta es la causa por la cual tenemos que enfrentarnos a esta
desgracia.
Arjuna dijo:
—No debería haber tenido paciencia ese día, cuando Radheya insultó a Draupadi,
ése es el pecado que he cometido. Sus palabras me penetraron hasta la médula de los
huesos y, sin embargo, no le maté. Eso es por lo que nos ha sobrevenido esta calamidad.
Y Shadeva dijo:
—Si hubiera matado a Sakuni el día que jugó contigo a los dados, esto no nos hubiera
ocurrido nunca.
Yudhisthira les sonrió a todos y les dijo:
—Este no es el momento de volver atrás y pensar en los « si hubiera hecho... » Nuestra
preocupación inmediata es cómo saciar esta horrible sed que nos ha estado asediando
desde hace un rato. Nakula, trepa a un árbol y mira alrededor. Mira si puedes encontrar
un lugar con agua en los alrededores, estamos casi muriéndonos de sed.
Nakula hizo lo que se le había dicho y dijo:
—Puedo ver un lago cerca de aquí.
Todos se pusieron contentos de oírle decir eso y Yudhisthira le dijo:
—Hijo mío, ve rápidamente y tráenos agua para todos. Nakula se apresuró por llegar
al lago y cuando llegó, las aguas parecían tan frescas y tentadoras, que se acercó para
beberlas. De pronto, oyó una voz que le dijo: « No debes beber las aguas de este lago
sin antes haberme contestado algunas preguntas. No puedes beber ni llevártela si no
respondes a mis preguntas. » Nakula no prestó atención a aquella voz que no sabía de
dónde venía, pues estaba muy sediento. Se abalanzó hacia la orilla del lago y bebió el
agua fresca con ansiedad, pero inmediatamente cayó muerto.
Los otros le esperaron durante mucho tiempo, pero como Nakula no volvía Yudhis-
thira mandó a Shadeva en su busca. Shadeva llegó al lago y vio el cuerpo de su hermano
muerto en el suelo. Se quedó atónito al verle. Pero su sed era tan grande que corrió hacia
el agua como lo había hecho Nakula. Oyó la misma voz dándole la misma advertencia,
pero hizo lo mismo que su hermano; no prestó atención a lo que se le decía y bebió el
agua sufriendo el mismo destino que Nakula. Luego Yudhisthira mandó a Arjuna y tras
él a Bhima, pero ninguno de ellos volvió.
Intrigado y receloso, Yudhisthira se dirigió hacia el lago. Llegó enseguida y se detuvo
horrorizado ante lo que vieron sus ojos. Allí estaban todos sus hermanos muertos.
Yudhisthira se quedó estupefacto y se decía para sí: « ¿Cómo ha ocurrido esto? Aquí no
hay señales de lucha, no me puedo creer que hayan muerto sin defender sus vidas. Aquí